Ya le dieron la medalla de oro al mérito en el trabajo. Es incuestionable el volumen de reconocimientos que Naschy ha recibido este último año (premios en festivales, homenajes, presentaciones de libros, estatuas y calles con su nombre, recogidas de firmas...). Un poco tarde, pero seguro que a tiempo de dibujarle una sonrisa a Paul (al saberse -¡por fin!- tan querido) en sus últimos días.
Yo me refería más a ciertos "críticos aficionados", bloggeros y weberos a los que internet les ha puesto un inmerecido altavoz delante de sus bocazas para que puedan hacer gala en público de su ignorancia y sus carencias cinéfilas, autoconvencidos de que "son la p*lla", sin darse cuenta -hasta que aparece alguien como Tarantino y los pone en su sitio- de que no son más que unos pobres infelices bastante patéticos.