Actualizo mis andanzas en FIFA 07.
Aunque el objetivo principal que me pedía la junta directiva, era clasificar para la Champions, mi propósito era pelear por la liga. Curiosamente aunque la copa si me exigían ganarla, siempre fue para mí un objetivo secundario, ya que la copa la emplearía para rotar en las semanas más peliagudas del campeonato. A fin de cuentas, siempre es más arduo ganar el torneo de la regularidad, que el del KO.
Contra todo pronostico, mi rival por el campeonato fue... El Osasuna. Un equipo navarro que sin galones ni estrellas, de manera totalmente sorpresiva, se metía en puestos Champions e incluso accedía al primer puesto de la clasificación. No conseguí alcanzar el liderato hasta la jornada 11:
La pugna fue considerable, el Osasuna apenas cedía terreno y cuando lo hizo, un servidor pinchó empatando ante Racing (1-1) y perdiendo contra el Barcelona (2-0). El derbi contra el Levante (4-2) quitaría el sabor agridulce a la conclusión de la primera vuelta:
Los favoritos al título liguero estaban teniendo un rendimiento deplorable (Barcelona y Madrid), lo que estaba incentivando sorpresas como la del Osasuna (a sólo un punto de distancia al término de la primera vuelta), el Zaragoza (tercero) o un Recreativo de Huelva que en condiciones normales, lucharía por no descender.
El mercado invernal fue un momento propicio para ajustar la plantilla, obteniendo valiosos refuerzos y haciendo caja con los descartes, además de reducir la masa salarial (disparadísima, cuando jugaba fuera, perdía dinero). Curro Torres, Moretti, Angulo, Fiore y Gavilán dijeron adiós a la disciplina che. Por su parte, los refuerzos fueron Dani Alves, Rosina, Santi Cazorla y Reyes, todo jugadores jóvenes, asequibles y con mucha proyección.
Mientras tanto, en el torneo de KO me enfrenté en la primera ronda (partido único) a un Almería (Segunda División) que logré derrotar 2-0 con todos los suplentes en el once titular. En Octavos tuve que hacer frente a una Real Sociedad que en liga me había rascado un empate (1-1), pero que para mi sorpresa, gané solventemente en la ida por 3-0. En la vuelta, con una ventaja de 2-0, en la últimos 15 minutos me empataron por confiarme, quedando el global con un 5-2.
En Cuartos la diosa de la fortuna me deparó el rival más asequible de la ronda, con un sorprendente Hércules (Segunda División) que había accedido a dicha ronda después de un global de 5-0 contra un primera. A pesar de ganar 4-0 en la ida, fue un rival muy correoso, sólo pudiendo aplastarlo a raíz de una expulsión. En la vuelta me confié y casi pierdo el bonus por victoria del patrocinador, pero sobre la bocina obtuve un valioso 1-2.
En liga fui aclimatando a los nuevos fichajes. Dani Alves tardó un par de encuentros en aclimatarse, a Santi Cazorla le sentó grande el cambio al principio, pero fue ganando galones con el paso de la semanas y Reyes otorgó rendimiento inmediato. La nota discordante, fue un Rosina que no acababa de adaptarse y no aportaba el rendimiento esperado.
Hubo que esperar hasta la jornada 21 para que el Osasuna volviera a pinchar. Desgraciadamente en la jornada siguiente, volví a empatar contra una Real Sociedad (1-1, igual que en la primera vuelta) que ha demostrado ser el rival más complicado de este campeonato. Sólo una victoria en cuatro encuentros contra ellos.
Sin embargo la diosa fortuna me sonrío y Osasuna me acompañó en mi traspiés, manteniendo la ventaja en la lucha por el campeonato. En copa roté nuevamente y gané 0-3 al Recreativo de Huelva en Semifinales. En el regreso al campeonato doméstico, me desquité contra un pobre Betis que recibió un doloroso 0-6. Un 4-1 cerró el pase a la final de la copa, consiguiendo dicho logro con todos los suplentes a lo largo del torneo del KO. El Zaragoza será mi rival en la final.
Y entonces, llegaba el gran encuentro: Valencia vs Osasuna, primero contra segundo. 8 puntos nos separaban y la victoria no sólo permitiría ampliar dicha ventaja, sino además, ganar el golaverage.
Los rojillos salieron dando guerra, con un juego bastante duro que impedía que me acercara a la portería defendida por Ricardo. Sin embargo su agresividad acabó siendo su perdición, ya que una falta en la frontal en el minuto 13 no fue perdonada por Rubén Baraja:
Conscientes de lo que estaba en juego, los navarros resistieron estoicamente a la espera de poder igualar la contienda en un contraataque. Costaba horrores llegar al área y cuando lo lograba, la mano salvadora de Ricardo les daba un halo de vida y esperanza. Pero en el minuto 69 eso cambió con otra falta en la frontal que esta vez, se encargó de materializar Morientes (Baraja había sido sustituido):
En el minuto 88, Morientes se encargó de sentenciar a la contra, con un Osasuna volcado al ataque a la desesperada.
9 puntos de diferencia más el golaverage ganado, ya suponían una buena ventaja, aunque ni mucho menos, definitiva, como demostrarían las siguientes jornadas.
La jornada 26 deparó un Atlético de Madrid que se adelantó al cuarto de hora en el marcador:
No sería hasta el minuto 58 cuando conseguí hallar un ansiado hueco para establecer la igualada:
Una cantada de Leo Franco me permitiría en el minuto 76 establecer el 1-2 y tras unos minutos de intenso sufrimiento, conservar los tres puntos.
En la jornada 27 tuve que hacer frente a un nuevo retador, un Zaragoza que había accedido al segundo puesto después de que el Osasuna se desplomara tras nuestro encuentro. Si ganaba, ampliaría la ventaja a 12 puntos. Afortunadamente, no fallé y vencí 4-1.
En las siguientes jornadas no conocí otra cosa que no fuera la victoria, derrotando con solvencia a rivales de enjundia como Villarreal (4-1) y Madrid (1-4). Curiosamente el encuentro más complicado fue contra un colista (Gimnàstic de Tarragona) que a pesar de sólo llevar 12 goles en todo el campeonato... Logró empatarme y resistir a ultranza, gracias a un incomensurable Bizzarri que lo paró todo... Hasta el minuto 86. En el último instante conseguí cerrar el partido con el definitivo 1-3:
Aunque es cierto que jugué con todos los suplentes para reservar fuerzas de cara al tramo final (y valiéndome de la ventaja que tenía), es digna de destacar la actuación de los catalanes.
Y al término de dicho encuentro, descubrí que matemáticamente era campeón de liga, con 5 jornadas de antelación:
El damnificado de la celebración fue un Racing que recibió un 1-5 a mano de los suplentes, siendo todos los tantos anotados por Reyes. De tal modo que a punto de terminar la temporada, ésta es la clasificación:
Osasuna asegura la liga de campeones y el Zaragoza está muy cerca de conseguirlo. La cuarta plaza se la disputarán el equipo revelación del campeonato (Recreativo) y un Barcelona que despertó en la segunda vuelta. Por otro lado, el Levante ha asegurado prácticamente su plaza en la copa de la UEFA.
En la zona baja el Gimnàstic de Tarragona está a medio camino de Segunda División, mientras que los otros dos puestos están muy disputados, con Celta, Mallorca, Betis, Racing y Athletic luchando por librarse de la quema. Como anécdota, los bilbaínos son mi próximo rival...
90 puntazos y con posibilidades de superar la barrera de los 100 puntos. No hubiera apostado por ello ni mucho menos, porque a pesar de lo que pueda parecer, tuve que afrontar partidos muy complicados que remonté estoicamente. Además durante la mayor parte del campeonato, el Osasuna parecía imparable. Sólo en la recta final se desinfló y pude despegar del todo.
El pichichi se quedará en casa suceda lo que suceda. La cosa está entre Villa y Morientes. A destacar Reyes, que jugando media temporada, es el cuarto máximo anotador del campeonato.
También voy camino de ganar el trofeo al máximo asistente.
Sin embargo, el de la imbatibilidad no podrá ser.
Con la liga en el bolsillo, queda intentar alcanzar la simbólica cifra de los 100 puntos, que los más jóvenes aprovechen estos últimos partidos para que progresen y aumenten sus estadísticas y por supuesto, ganar la copa, para la cuál pondré el once de gala, no teniendo que reservar a nadie (salvo lesión).
¿Qué os está pareciendo mi temporada, que opináis?
¡Saludos!