Juego terminado.

Mira que no soy de comentar cuando termino un juego, pero no quería faltar a mi palabra posts atrás.

No pienso tampoco extenderme demasiado. Me basta con unas impresiones generales sobre sus facetas más relevantes y, para partir de alguna base, me voy a remontar precisamente al post donde mencioné que era MUY superior al original.

La primera entrega era un juego que prometía mucho y al final ofrecía unos mecánicas muy básicas, un desarrollo repetitivo y un argumento entre manido y con ínfulas de ser profundo para solo terminar hecho un lío. Aquí la apuesta es mucho mayor, pero con la fortuna de terminar en una jugada que les ha salido casi redonda:

-La duración del juego va más allá de lo que se ofrece habitualmente.

-La intercalación entre personajes y sus posibilidades le dan al juego una gracilidad narrativa cojonuda. Tanto en lo jugable como en lo argumental.

-Todos, absolutamente todos los artificios técnicos implementados en el juego, para hacerlo lo más meta posible, son un acierto. En este aspecto concreto se lleva la palma el mezclar las partes gráficas (sean jugables o no) con lo rodado con personas reales.

-La historia (esta vez) cumple con creces con sus arriesgadas y complicadas aspiraciones. Los saltos, "bucles" (guiño, guiño), multiversos, mezcla de realidad/ficción, etc. no solo meten al jugador de lleno en la historia, también le exigen un grado de interés y atención que debería verse más a menudo en el mundo de los videojuegos.

-El apartado gráfico del juego es DEMOLEDOR. No solo a nivel de aparentar o embellecer lo que vemos, también en las expresiones faciales y corporales de los personajes cuando interactúas con ellos.

-La música y los diálogos también están a otro nivel.

-El sistema de tablones es algo que me ha encantado por la grata combinación de lo dinámico, al mismo tiempo que sirve de descanso. Además ambos son distintos y ofrecen una experiencia única. Por un lado, mi vena de intento de escritor se queda con el sistema de Wake, pero el de Saga te hace sentir más satisfecho.

-Por último, pero no menos importante, el tema de las influencias. En esto es en donde más ha crecido esta secuela en comparación con su predecesora. En la primera entrega se tira de King y su "La mitad oscura" como punto de partida argumental, además de aderezarlo con tímidos homenajes a Twin Peaks. Aquí, sin embargo, la obra del de Portland juega una presencia testimonial, mientras que el universo de Lynch y Frost deja de ser un mero homenaje o influencia para convertirse del todo en la raíz de la que brota la preciosa enredadera que es este juego. En ese aspecto ha sido una verdadera gozada a nivel personal pasear por escenarios repletos de lechuzas y cortinas rojas (todo esto lo más evidente) y otros detalles aún más profundos que prefiero no compartir para no estropearle la experiencia a nadie.

Dicho todo esto habrá quien se pregunte: ¿Entonces porqué te parece una experiencia casi redonda?

Sencillo.

El juego falla estrepitosamente en varios conceptos algo básicos:

-Los escenarios son preciosos, sí, pero llevando más de la mitad del juego empieza a dar un poco de vergüenza ver como se reciclan.

-Me parece bastante chocante que la física de los personajes sea tan precisa para conversaciones y luego tanto Wake como Saga parezcan clientes VIP de una tienda de ortopedia al caminar, abrir puertas o luchar. Lo que me lleva a...

-El error más garrafal de todos, su NEFASTO sistema de combate. Desesperante donde los haya y que, junto al enorme desequilibrio que aparece de repente al enfrentarte a ciertos enemigos "finales", logra que te plantees dejar de jugar.

No obstante, como no me gusta que el cierre de una opinión sea de regusto amargo, he dejado para el final un par de menciones especiales:

-Los DLC (en especial los de Night Springs de la camarera y el Sheriff) son una deliciosa gozada. En concreto, las dos ocasiones citadas en el paréntesis me han gustado más que el resto del juego.

-La sensación de envidia sana, a título personal, que me queda como intento de escritor, al encontrarme una historia tan currada, compleja, completa y que además rinde tributo al mundo de la creación dentro (y fuera, en la vida real) del fantástico.