El perjuicio final llega al consumidor y la duración de este ciclo de vida de consolas.
Ya lo estamos viendo, una clara ralentización de anuncios de lanzamientos relevantes, no hay calendario claro. No se toman decisiones de nuevos desarrollos e inversiones en estudios y acuerdos con editoras, todo supeditado a este macro-movimiento del mercado.
No es un contexto beneficioso para el jugador todo este compás de espera y este ambiente de litigio. Que, además, no tiene horizonte claro de finalización.