Cualquier juego, de cualquier tipo, siempre es mejor si está alejado de Rebellion en un perímetro de seguridad de varios kilómetros.

El primer juego tenía buenas ideas, como las tres campañas separadas con su jugabilidad independiente, el modo online también tenía algunos aspectos interesantes. Pero el proyecto se fue al traste en la pésima ejecución que este estudio tiene en casi todo lo que toca y, por supuesto, en que SEGA no tiene un puñetero euro para financiar ningún juego de peso hoy en día.