Cuando salió Sekiro me dije "bueno, le daremos una oportunidad"... tres años después sigo jugando y mejorando habilidades. Y es que Sekiro tiene algo especial, aquello que tenían los míticos arcades como Ghosts´N Goblins, Shinobi, Golden Axe, o Final Fight... una jugabilidad y dinamismo sublimes, de esas que te aceleran el pulso y que cuando fallas, das puñetazos contra la mesa.

En dinámica de combates no he visto un videojuego mejor programado que Sekiro. La profundidad y cantidad de opciones disponibles, engrandecen todavía más la jugabilidad. Y por fin tenemos enemigos que parecen inteligentes e impredecibles. Y en diseño artístico y desarrollo argumental cumple muy bien.

Sekiro me parece una de las mejores sorpresas de los últimos años, y una obra maestra de los videojuegos. El que busque sensaciones fuertes, este es su juego. Pero hay que sufrir y aprender a dominarlo, nada de usar guías o mirar como lo hacen otros, porque así perdería la gracia.