Esa es muy buena, no la he visto venir. No, no lo somos, o sería uno de los casos más evidentes de trastorno de identidad disociativo, por aquello del tacto, mesura y educación, claro. Eso sí, desde el respeto más absoluto, sospechamos que su hijo mayor es mío. Hay varias declaraciones por ahí que no ha podido concretarme.
Nah, ahora en serio, puedo llamarle amigo con orgullo. No da para carroza engalanada, eso sí, ni falta que hace.
Si me da permiso adjunto el listado de nuestros privados. Solemos hablar principalmente de cine y de cómo nos encontramos. Todo muy sano, como no podría ser de otra forma con una persona como él. Él sería Superman y yo el Batman cabrón de Miller. Lo sabemos ambos.![]()