Bueno, las fotos son muy chapuceras (y no hacen justicia a mi macho Imperial), pero lo prometido a mi compañero de armas JLennon, es deuda.
Contemplad la GLORIA y ESPLENDOR de un auténtico MACHO IMPERIAL:
Mirad que PELAZO, que PORTE, que TODO:
Vengo de la taberna La Abeja y el Dardo, en Riften. Y esa taberna, estaba llena de auténtica purria. O sea, nada que ver con los foreros que hay aquí. No, yo hablo de mala gente, ¿sabéis?, como si tramaran algo. Había varias movidas, no muy descaradas, pero tampoco muy secretas. Bueno, estaba allí sentado tranquilamente... Y entró el imperial más grande que he visto en mi vida. Era enorme, joder. Y entró allí como si la taberna fuera suya. Se sentó y pidió cerveza. De repente, el extraño se acercó y le susurró algo al tabernero y estaba claro que estaban hablando de negocios porque lo que le dijo le cabreó un montón. Sobre todo cuando llamó nenaza a... ¿JLennon?. Si, eso le llamo: NENAZA.
Bueno, dijera lo que dijera, cabreó un montón al tabernero y varios de esos personajes miserables que andaban por allí, no gente distinguida como la de este foro, sino auténtica purria, también se cabrearon. De repente, el extraño saltó del taburete no sabéis como, echó mano de su arco de cristal de fuego y empezaron a llover flechas de ébano y hechizos de Tormenta de Hielo por todas partes.
Y sólo fue el principio...
Capullos despreciables que salían como ratas de sus esquinas y recibiendo una muerte más que merecida. No me malinterpretéis, no eran gente con clase como la de este foro. No, esa gente eran unos excelsos cagarros. Y, lo siento, pero recibieron lo que se merecían.
Bueno, yo me voy... porque creo... que él viene hacia aquí...
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