Estoy de acuerdo con Charlie. No se puede (en fin, no se debe) desnaturalizar una obra (en este caso el original de G.B. Shaw o la adaptación Lerner/ Loewe) para satisfacer la forma de pensar actual.
Si nos ponemos a revisar en ese sentido "Madame Bovary", las obras de Jane Austen, etc, no dejaríamos títere con cabeza y desvirtuaríamos lo que, en realidad, es el retrato de una época, una sociedad, unos personajes, que no pueden funcionar psicológica y socialmente como si vivieran en el XXI. Sus formas de pensar y actuar son parte del valor testimonial de la obra.