Bueno, por fin pude ver Nebraska... a ver... yo creo que Alexander Payne ha acabado dominando esas temáticas que hace uso y que esta es una historia costumbrista con unos personajes que, aun basados en arquetipos (el matón del pueblo, el hermano con éxito, el primo idiota), están dotados de bastante personalidad - que no carisma, tampoco es necesario - y realismo. Se trata de un retrato de la América profunda, tanto en lo antropológico como en lo geográfico, que diciendo lo mínimo evoca todo un crisol de sensaciones conocidas.
Uno de los atractivos de Nebraska es su correctísima fotografía en blanco y negro, ojo, no me parece una OBRA MAESTRA DE LA FOTOGRAFÍA, pero otorga el tono necesario al film, connotando esa amarga nostalgia de un tiempo pasado que no fue ni mejor ni peor, sino tanto o más duro que el actual. La película consigue atraparnos sin ofrecer ningún otro virtuosismo técnico más allá de un intachable academicismo formal.
Lo que está clarísimo es que el punto fuerte es la presencia de Bruce Dern (como me gustaba en No matarás al vecino, por ejemplo), en un papel diseñado para obtener la nominación que ostenta. Aun habiendo quedado encantado con su trabajo, pienso que el mérito de este Woody Grant está también en Payne y en el guionista Bob Nelson. La habilidad del cineasta para crear entornos sugerentes, la selección de un reparto que está sembrado en sus réplicas, y las palabras justas de Nelson, son materias primas para que el protagonista de La Trama (Alfred Hitchcock, 1976) despliegue su veteranía en perfecta sinergia con todo el equipo. En otras palabras, creo que no ha entrañado para él una complejidad máxima. A los 77 no debe ser muy dificil quedarse con cara de pasmado y soltar los monosílabos que suelta Dern, puede que mi opinión sea un poco polémica... pero en serio, el personaje me parece que funciona por ese esfuerzo coral, más que por el talento de Bruce Dern, que lo tiene.
Nebraska me parece, al final... el trabajo de un director que ha sabido perfilar su estilo a lo largo de los años, ofreciéndonos ahora esta obra de madurez, de austeridad narrativa, contundente en sus posicionamientos (todo el asunto de esos interesados que quieren exprimir a Woody, cuando le ven con dinero) y exquisita en lo formal, que reivindica la clase media estadounidense; pobres diablos tan alejados como anhelantes del sueño americano, que no es en, en el film, sino una estafa más, como la carta a la que se aferra el viejo Woody en su odisea particular.
No me ha parecido UNA MARAVILLA, pero le reconozco todas estas virtudes y prácticamente ningún defecto.




LinkBack URL
About LinkBacks
Citar
