Enciendes tu consola, metes el juego, tras una intro molona te sueltan en medio de un vasto campo de batalla que poco a poco se va haciendo cada vez mas angosto, no paran de salir enemigos, tu espada a diestro y siniestro matando enemigos, golpes especiales incluidos, tu dedo empieza a sufrir, la mano se empieza a cansar, recorres un extenso mapeado en pos de cumplir tu misión, sigues machacando al enemigo, tu dedo empieza a molestarte mas, la mano no sólo se cansa más aún sino que además empieza a tener calambres, pero no pasa nada, tienes la misión controlada, vas cumpliendo los objetivos...
De repente, la consola se vuelve loca, llueven enemigos por todos lados, tu ojos no dan mas de sí, empiezan a salir objetivos nuevos como setas, algunos de ellos vitales para misión, mientras los enemigos parece que se reproducen por esporas, empiezan a inundarse esos escenarios que si no los defiendes en breve caen en manos del enemigo y adiós partida, llegan enemigos de los megatochos, no sientes ya las manos, no te digo ya los dedos, ¿dedos? ¿que dedos? miras el reloj de la misión y ves que llevas 40 minutos, la victoria parece estar próxima, estás ya borracho de ir y venir, de mandar personajes secundarios a cumplir con los objetivos mientras tu "porculizas" a los enemigos tochos, y justo cuando piensas que vas a ganar... GAME OVER, ha caido un escenario de los vitales que creias tener controlado, o cualquier otra cosa de las imprescindibles ha caido o muerto y... ¡¡VUELTA A EMPEZAR!!
Antes odiaba los musou, solo leerlo o escucharlo me soltaba la tripa, ahora no es que sea mi genéro favorito, pero me encantan, disfruté mucho de Warriors Orochi 3 en WiiU y por supuesto de Hyrule Warriors, entiendo y comprendo a quién se les haga monótonos, repetitivos, aburridos, etc... yo psaé por eso, pero finalmente acabé por caer en sus redes, una cosa que siempre me ha gustado de los musou, y en caso del primer Hyrule Warriors fue la bomba, son las OST guitarreras y de Hard Rock que se suelen marcar...
Este será compra obligada para mí.
Un saludo.