Me daba de hostias porque esperaba plantear más batalla pero ya la "he" reservado. Me la han, pero vaya, es lo mismo.
La culpa es de la rubia (Samus), como siempre. Y así no hay forma. Soy fuerte, pero no tanto. En mi casa, contra Metroid o Zelda solo cabe rendición.
Eso sí, miro mi balda dedicada a Switch, que debe rondar los ochenta títulos (y alguno que aún resta) y sé que o mucho se desdicen con los precios (la rumorología insiste en una reunión "de urgencia" para este viernes), o ese "dispendio" no volverá a repetirse ni remotamente.