De nuevo la atmósfera Coen vuelve a estar presente en una película de los Coen. Es un film de sensaciones, de frases contadas, de miradas, con una narración lenta pero muy cuidada, tensa de principio a fin. De hecho creo que ese puede ser su talón de aquiles, en ocasiones depende tanto de la tensión del momento que el hecho de saber lo que va a ocurrir puede hacerle bajar bastantes enteros a la hora de revisionarla.
Lástima que no llegue al sobresaliente. Los Coen han querido salirse por la tangente, y no se han conformado con contarnos una historia sin más, que es lo que mejor saben hacer. Nos han querido hacer pensar, han pretendido mostrarnos lo paradójico que pueden llegar a ser las jugarretas del destino, y eso, a mi modo de ver, sobra en esta película. El anticlímax de la última media hora ha conseguido sacarme por completo de la desoladora América profunda en la que ellos mismos me habían sumergido.
Bardem está muy bien, lo transmite todo con gestos frios y pocas palabras, pero Brolin merece el mismo reconocimiento, desprende carisma por los cuatro costados durante toda la película.
En fin, un buen film que lamentablemente no alcanza el nivel de las mejores obras de los Coen. Eso si, nos regalan una de las frases más desgarradoras de toda su filmografía:
Spoiler:
Le pongo un 7.
Un saludo.