
Iniciado por
Roy
En el mundo de Aronofsky existe una obsesión por los patrones. No es casual que en todas sus películas aparezcan secuenciaciones propias de la Cábala Judía, y procesos maniáticos con la formación de estructuras narrativas. Siempre tengo la sensación de que busca una serie de proporciones exactas, que sólo él comprende, y los demás sólo conseguimos intuír. Noah es el tributo personal a sus origenes judíos. Es junto con The Fountain, su proyecto más personal; pero la primera era una historia de Amor puro, y ésta es una narración de Fe Ciega. Algo que no todos los espéctadores estarán dispuestos a comprender, en un tiempo en que decir que me ha gustado una pélicula basada en los Textos Sagrados, es significante y causa de recibir no poco más que una lapidación metafórica multitudinaria. Pero Aronofsky sigue...