Da gusto ir al cine a ver una película que no sabes por dónde te va a salir. Y por supuesto es un placer ver cine de terror que va más allá de los sustos fáciles.
Buenísima.
A mí tampoco me extraña. El espectador medio (lamentablemente, el cine de terror es un imán para ellos. Mi sala estaba llena de imbéciles) no sabría valorar una buena película ni aunque Hitckcock se la pusiera en su propio salónLuego, esos mismos dirán que Annabelle "está tó guapa".