No son sablazos per se.
Es el pago de los impuestos que corresponden a cualquier producto adquirido comercialmente. En este caso, el IVA.
Sablazos sólo son los procedimientos por donde gotean costes que nos llegan sin motivo, como esos 20€ de trámite de los que cuesta tanto zafarse. En un sistema perfecto, cualquier producto debería tener un VAT descontado en origen (según el coste de cada país de origen), y un IVA cobrado al entrar en España como un 21% del coste. Hay casos donde el VAT es más alto que nuestro IVA, con lo que saldríamos ganando, otros en que no. Depende del artículo y del país. Pero esto pasa en todos los países civilizados de un modo u otro.
Esto son tácticas proteccionistas planteadas para desanimar las importaciones, y por tanto la exportación de divisas, y a la vez estimular el consumo interno a nivel europeo. El famoso "mercado común". Que sí, de nuevo, pasa en todos los países civilizados.
Las exenciones de 22€ que teníamos los particulares hasta ahora eran eso, una exención, pero desde este mes, no sólo la exención que teníamos en España (no era exclusiva nuestra) sino las que tenían el resto de países europeos respecto a importaciones, se ha eliminado. Lo que sí es vergonzante es que el procedimiento de autodespacho se dificulte de un modo tan descarado. Eso sí que no tiene nombre, cuando precisamente en el caso de Rusia que comentaba, pese a ser muy engorroso, los datos están al alcance de todo el mundo y el proceso es algo habitual. Adornado, eso sí, con el "sobrecito" al funcionario, con un importe casi testimonial, eso sí.