El BFI iba a construir una nueva sede con muchos cines más pero con la crisis les han cortado el grifo y no sé qué pasará, aunque con la cantidad de hiper millonarios que hay en la ciudad, con cuatro charities y tres donaciones de algún cinéfilo, se arreglan seguro.

Lo que no entiendo es por qué no el ministerio de "cultura" se quedó con los Luna o el Avenida, o algún otro de la gran vía, aunque fuera pequeñito para contar con otra sala. Desidia, dinero, ¡qué sé yo!

Pero Madrid puede estar muy orgullosa del Doré y de la programación, que le da mil vueltas también al BFI