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Tema: Un nuevo hilo dedicado a l@s cineastas clásic@s japones@s

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  1. #1
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    Predeterminado Re: Un nuevo hilo dedicado al cine clásico japonés (1929-1967)

    La verdad es que tengo menos vida social que Robinson Crusoe.

    Mi ama hubiera hecho 90 años el domingo 11 pero ese día se vuelve a Alicante mi 2º hermano y a Oviedo el 5º. Aquí solo vivimos el 1º y el 4º (o sea, yo). El 3º lo hace en México desde mediados de los años 1980s.

    Y me pongo los cascos antiruido para seguir con el comentario dado que desde octubre están haciendo mejoras en el edificio y a veces es un p... rollo. Menos mal que, al vivir de alquiler, yo no pago un euro.

    Me leéis en breve... espero... que tampoco tengo el cuerpo (y la cabeza) como para irme de crucero por el Caribe.


  2. #2
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    Predeterminado Re: Un nuevo hilo dedicado al cine clásico japonés (1929-1967)

    Revisando la filmografía como directora de Kinuyo Tanaka (29 de noviembre de 1909 / 21 de marzo de 1977) / Parte 1 (de 6):

    Koibumi (1953, Carta de amor)



    Estreno: 13 de diciembre de 1953 (Japón).

    Estudio: Shintoho Co., Ltd.



    Dirigida por Kinuyo Tanaka.

    Producida por Ichiro Nagashima.

    Escrita por Keisuke Kinoshita, basado en una novela de Fumio Niwa.

    Fotografiada por Hiroshi Suzuki, en blanco y negro (1.37:1).

    Musicalizada por Ichirô Saitô.

    Protagonizada por Masayuri Mori (Reikichi Mayumi), Yoshiko Kuga (Michiko Kubota), Jûzô Dôsan (Hiroshi Mayumi) y Jûkichi Uno (Naoto Yamaji) + Kinuyo Tanaka (Una prostituta).

    Duración: 98 minutos (2.685 metros de película).





    Coordenadas espacio / temporales:

    Tokio, Japón / 1950



    Kinuyo Tanaka fue una figura clave dentro del cine de su país por un lado por protagonizar alguno de sus mayores clásicos y por otro por haber sido la segunda mujer (después de Tazuko Sakane [1904-1975]) en acceder a la dirección.



    - La directora y parte del elenco de la película -

    - A este respecto me gustaría indicar que tampoco las féminas del otro lado del Pacífico lo tenían mucho mejor para poder llegar a ocupar la silla de directora.

    Las excepciones se pueden contar con los dedos de un mano (Dorothy Arzner [1897-1979] o Ida Lupino [1918-1995] – a quien el que esto escribe dedicó en el OR una retrospectiva de su filmografía y que tal vez algún día agrupe en un hilo propio, como hizo mad dog earle en el caso de Nicholas Ray... -).

    Y en el caso de la mencionada Sakane únicamente pudo dirigir un largometraje , Hatsu Sugata (1936), del que no se conserva copia alguna. -

    Tanaka inició su carrera como actriz en 1924.

    Trabajó con Ozu en 10 ocasiones (desde Me gradué, pero… [1929, Daigaku wa detakeredo] hasta Flores de equinoccio [1958, Higanbana]) y con Mizoguchi en 15 (desde La mujer de Naniwa [1940, Naniwa onna] hasta La mujer crucificada [1954, Uwasa no onna]).

    Precisamente intervino en los títulos más emblemáticos de este último (los tres, por cierto, editados en BD por la británica Criterion):

    - Vida de O’Haru, mujer galante (1952, Saikaku ichidai onna)

    - Cuentos de la Luna pálida de agosto (1953, Ugetsu monogatari)

    - El intendente Sansho (1954, Sanshô dayû)


    Aunque se llegó a rumorear que la actriz mantuvo un affaire amoroso con el director lo cierto es que cuando Tanaka le solicitó que este le recomendase como directora al estudio Nikkatsu se negó y eso a pesar de que ella ya había realizado su ópera prima, la cinta hoy comentada.

    En el polo opuesto, Ozu firmó encantado el guion de su siguiente película, La Luna se levanta (1955, Tsuki wa noborinu)… para la Nikkatsu…

    Evidentemente en cuanto a mujeres Mizoguchi y Ozu eran polos opuestos. Mujeriego el primero, célibe el segundo, quien además siempre vivió junto a su madre y de hecho tan pronto como ella murió lo hizo él.

    Pero ya hablaremos de Ozu más adelante. Y, por supuesto, de Mizoguchi. Y de otros muchos más… espero…

    Carta de amor es un sencillo pero hermoso melodrama y que al igual que al querido amigo mad dog earle me recuerda alguno de los títulos que hizo célebre el gran Douglas Sirk, aunque justo es de reconocer que sus grandes obras son posteriores a esta.

    La película, que acontece tan solo 5 años después de la finalización de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) en la capital nipona, tiene como protagonista principal a Reikichi Mayumi (encarnado por el gran – y prematuramente fallecido – Masayuki Mori [1911-1973]...



    ..., un rostro muy conocido del cine clásico japonés puesto que trabajó con los más grandes – como pudo comprobar el mencionado Roy Earle en su revisión de Mikio Naruse, aunque yo siempre lo recordaré por interpretar al personaje sobre el que se centra toda la trama en Rashomon, o sea, el samurái que perece a manos de… -) quien después de servir en la Armada se encuentra completamente desubicado en este nuevo mundo surgido de las cenizas de la derrota hasta el punto que es su hermano pequeño, Hiroshi (Jûzô Dôsan), quien se encarga no solo de alojarle en su casa sino también de proporcionarle trabajo como traductor (mientras estaba en la academia naval aprendió francés e inglés).

    - Por cierto, Mori trabajó junto a Tanaka en la mencionada Cuentos de la Luna pálida de agosto e intuyo que su relación fue de lo más cordial puesto que cuando la actriz se convirtió en directora colaboró con ella , además de en la cinta hoy comentada, en Pechos eternos (1955, Chibusa yo eien nare), su tercer largometraje. -

    A Reikichi no solo le afectó el conflicto militar (y todavía más la dolorosa y humillante derrota) sino especialmente su truncada historia de amor con la bella y gentil Michiko (Yoshiko Kuga [1931]).

    A pesar de ser (más que) amigos desde su más tierna infancia y que la intención de ambos era casarse tan pronto acabara el conflicto los padres de ella (bueno, en realidad el padre y su madrastra) la obligaron a casarse contra su voluntad con un hombre acaudalado a pesar de conocer perfectamente los sentimientos de ella.



    A Reikichi y Michiko, no solo les une un profundo amor, sino el hecho de que ambos perdieran a sus madres,, el primero durante los bombardeos de las tropas aliadas sobre la capital y la segunda cuando todavía era una niña.

    La historia – en la que solo se intercala un flashback del que enseguida hablaré – nos habla del perdón y de la reconciliación.

    Reikichi se pasa el tiempo, cuando no trabaja como traductor, esperando (la fotografía que saca con tanto cuidado de su billetera ya nos indica a quién...)...



    ... a la entrada/salida de las distintas estaciones de tren que trufan la capital...



    Y ya en casa (de su hermano) releyendo una y otra vez la carta con la que ella le comunicaba su boda y el hecho de que siempre le había querido, algo que ninguno de los dos había expresado jamás debido a su carácter tímido e introvertido.



    En una de esas esperas se encuentra con su viejo compañero de academia, el jovial Naoto (Jûkichi Uno), quien le convencerá de que trabaje junto a él.

    ¿Y cuál es el trabajo del susodicho? Pues escribir las cartas que las jóvenes japonesas (léase “prostitutas”) mandan a sus antiguos amantes anglosajones (o francófonos) con los que mantuvieron relaciones después del final de la SGM y en las que les piden que no se olviden de ellas y, sobre todo, que les manden dinero.

    - Por cierto, un año antes el gran director norteamericano King Vidor realizó una de sus películas más personales, Japanese War Bride, en la que asistimos a la hostilidad que sufre – en este caso en los propios EUA – el matrimonio formado por un soldado norteamericano y una japonesa. Una cinta ciertamente valiente y muy adelantada a su tiempo y además estrenada en plena Caza de Brujas… -

    Tanaka trata un tema tan espinoso como es el de la relaciones sentimentales (amorosas y/o sexuales) entre conquistadores y conquistados de una forma extraordinariamente delicada. Jamás cuestiona los motivos que llevaron a dichas mujeres a semejante situación, algo que seguramente no sería plato de buen gusto para muchos de sus conciudadanos.

    De forma sutilmente inteligente ese primer encuentro entre Reikichi y Naoto se produce delante de la famosa estatua de Hachikô - el perro de raza akita que tras la muerte de su amo esperó su regreso durante casi diez años - en la estación de tren de Shibuya.



    La incansable fidelidad del perro se hermana de esta forma tan bella con la no menos infatigable búsqueda de Reikichi.

    A pesar de aceptar el trabajo de escritor de “cartas de amor” a Reikichi le repugna el comportamiento de las mujeres que acuden a donde ellos para intentar reavivar el amor de sus antiguas conquistas aunque sea simplemente a nivel pecuniario.



    - Como dato anecdótico, la mujer a la que le espeta semejante sentencia no es si no la propia directora de la película...



    De nuevo se produce un contraste entre el protagonista, que jamás ha conocido carnalmente mujer alguna y las prostitutas que no esconden su condición y que además se vanaglorian de que “jamás lo hacen con japoneses” porque las tratan peor que los que por entonces eran sus enemigos (sic).

    Aunque en la puesta en escena yo veo más de Ozu que de Mizoguchi lo cierto es que Tanaka mueve mucho más la cámara y además su película tiene un cierto sentido neorrealista puesto que las escenas que acontecen en las calles de Tokio se rodaron sin que los transeúntes se apercibiesen de ello.



    Reikichi ejerce su nuevo trabajo como si las cartas que escribiese tuviesen como destinataria a su amada Michiko, hasta el punto de conmover el corazón de la prostituta más curtida.





    Por su parte, Hiroshi, el hermano pequeño de Reikichi y al que teníamos un tanto olvidado, decide instalar un puesto ambulante de venta de libros y revistas de segunda mano, material que procede del que reciben las esposas de los soldados norteamericanos estacionados en las bases situadas en las distintas islas del archipiélago japonés.

    Un buen negocio puesto que él compra el material barato y luego lo vende caro a sus conciudadanos que parecen muy interesados en todo lo que procede de los EUA.

    Tanaka esboza la relación amorosa que se establece entre Hiroshi y una joven y hermosa vendedora de libros de segunda mano como él y aunque no se molesta en desarrollarla la misma aporta unos muy agradecidos momentos de comedia romántica (pero no de la que tenéis todos en mente… ) dentro de una trama donde el personaje principal entra en una espiral de autodestrucción cada vez más acentuada.



    Reikichi intenta ahogar con la bebida la terrible melancolía que se ha instalado en su corazón cada vez más endurecido hasta el punto de empezar a faltar al trabajo.

    Será allí, no obstante y después de despertarse de una de sus frecuentes borracheras, donde el protagonista empiece a ver la luz al final del túnel. Y es que la voz de una de las clientas a las que atiende su compañero, Naoto, le recuerda poderosamente a la de su perdido amor...





    Él la buscara sin tregua hasta que finalmente la encuentre… en una estación de tren…





    Aquí tendremos otra prueba elocuente – si ello fuese necesario a estas alturas – del talento visual de Tanaka.

    En el momento en que ambos se encuentran la directora los enfoca desde dentro de un compartimento de un tren en el momento que la puerta del mismo se cierra.



    Una escena que debería significar el fin del tormento existencial de ambos pero que pronto veremos que no es así puesto que Tanaka aprovecha la ocasión para insertar el flashback al que antes hacía referencia y en el que la protagonista es ella.



    Mientras se oye la voz en off de Michiko (aquella carta con la que se despedía de él) les vemos pasear en el parque distanciados, un indicativo de que el reencuentro no ha sido tan feliz como ambos esperaban, especialmente por lo que respecta a él.



    Y es que Reikichi, a pesar del semblante siempre triste que mantiene en su imperturbable rostro por un amor que no pudo ser, en el fondo nunca le ha perdonado a ella no solo el hecho de que se casara con otro hombre si no, lo que es peor, que mantuviera relaciones con un soldado norteamericano, lo que para él la iguala al resto de prostitutas para las que trabaja.



    Aquí se nota la mano de una mujer puesto que mientras combatir en una guerra absurda es algo noble por el contrario el intentar sobrevivir en un país arrasado por la guerra es un pecado imperdonable.



    - Otra hermosa imagen, las manos de ella estrujando los guantes al oír de labios de su amado los insultos más injustos. -

    No quiero extenderme más de lo que lo he hecho porque ya me duelen hasta las pestañas.

    Al final, afortunadamente, será gracias a la intermediación de Hiroshi, que los dos enamorados (nunca amantes puesto que como ya dije jamás consumaron – físicamente – su amor) se vuelvan a reencontrar...





    y esta vez para siempre, aunque para ello ella casi esté a punto de perder la vida.

    Tanaka, de nuevo inteligentemente, nos escamotea el tan ansiado reencuentro al mostrarnos por un lado el trayecto en coche de Reikichi y su amigo Naoto al hospital donde ella se encuentra y por otro el bellísimo momento – yo diría que dreyeriano – en el que ella recupera la consciencia y abre los ojos y asoma una tímida sonrisa en su rostro.





    Como decía al principio de mi exposición Carta de amor es un canto a la necesidad de perdonar y, sobre todo, perdonarnos. Y nunca, nunca, juzgar a los demás por sus flaquezas o necesidades.

    And in the end

    The love you take

    Is equal to the love you make


    Buenas noches y, buena suerte.





    Filmografía como directora de Kinuyo Tanaka:

    1953 / Koibumi / Carta de amor

    1955 / Tsuki wa noborinu / La Luna se levanta

    1955 / Chibusa yo eien nare / Pechos eternos

    1960 / Ruten no ôhi / La princesa errante / DaieiScope

    1961 / Onna bakari no yoru / La noche de las mujeres / TohoScope

    1962 / Ogin-sama / Amor bajo el crucifijo / Shochiku GrandScope


    ...

    Dedico este comentario, en el que he puesto todo lo que soy capaz de dar, a la persona que más he querido en toda mi vida, mi amatxu, María Jesús y que este domingo hubiese cumplido 90 años. Nunca mejor persona pisó la faz de la Tierra.

    Va por ti donde quiera que estés...

    Última edición por Alcaudón; 08/01/2025 a las 07:28

  3. #3
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    Predeterminado Re: Un nuevo hilo dedicado al cine clásico japonés (1929-1967)

    Amigo DrxStrangelove:

    En cuanto al tema del listado de las películas ya comentadas si quieres puedo borrar yo la segunda parte de mi primer comentario y seguir con tu sistema que incluiste en el 3º.

    Creo que entiendo cómo lo has hecho pero la verdad es que me da una pereza enorme ponerme de nuevo a rehacerlo.

    O sea, que como tú quieras.

    Lo que sí voy a hacer es cambiar el orden. Es decir, usar no la fecha de nacimiento de l@s director@s sino, como es más lógico, por el apellido, para así facilitar la búsqueda.

    Igualmente en el listado solo aparecerán aquell@s director@s de l@s que hayamos comentado al menos una de sus obras.

    Mi intención, en principio, es seguir con las 5 películas que restan de Tanaka aunque en breve espero hacer lo propio con Ozu (estoy pendiente de recibir las dos únicas colecciones que me faltan de todo lo que ha editado - y que es mucho - el BFI) o con Mizoguchi, aunque de este solo tengo sus títulos más importantes.

    Última edición por Alcaudón; 10/02/2024 a las 21:15
    mad dog earle, hannaben y DrxStrangelove han agradecido esto.

  4. #4
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    Predeterminado Re: Un nuevo hilo dedicado al cine clásico japonés (1929-1967)

    Cita Iniciado por Alcaudón Ver mensaje
    Amigo DrxStrangelove:

    En cuanto al tema del listado de las películas ya comentadas si quieres puedo borrar yo la segunda parte de mi primer comentario y seguir con tu sistema que incluiste en el 3º.

    Creo que entiendo cómo lo has hecho pero la verdad es que me da una pereza enorme ponerme de nuevo a rehacerlo.

    O sea, que como tú quieras.

    Lo que sí voy a hacer es cambiar el orden. Es decir, usar no la fecha de nacimiento de l@s director@s sino, como es más lógico, por el apellido, para así facilitar la búsqueda.

    Igualmente en el listado solo aparecerán aquell@s director@s de l@s que hayamos comentado al menos una de sus obras.

    ...
    Como tú quieras, Alcaudón. Si quieres, para que no tengas que rehacerlo todo, te puedo pasar por privado lo que me aparece a mí en edición y así solo sí que sería un copia y pega en tu primer post, y si no te sale, pues sigo yo actualizándolo sin problema, ordenándolo como comentas por el apellido de los directores.

    Por cierto, comentar también por aquí que el mes que viene sale una nueva edición en BD de un film de Ozu editado por acontracorriente, “Hierba Herrante” creo que es.
    Última edición por DrxStrangelove; 11/02/2024 a las 20:08
    Alcaudón y hannaben han agradecido esto.

  5. #5
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    Predeterminado Re: Un nuevo hilo dedicado al cine clásico japonés (1929-1967)

    Ya he puesto la carátula (todavía no definida) en el primer listado. Ah, y el título es "La hierba errante" no "La hierba herrante", vamos como si tuviese que ser herrada...

    Por cierto, en el libro que uso como referencia (Cátedra, Madrid, 2022), de Antonio Santos se usa el título "Hierbas flotantes", seguramente procedente del inglés "Floating Weeds".
    hannaben y DrxStrangelove han agradecido esto.

  6. #6
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    Predeterminado Re: Un nuevo hilo dedicado al cine clásico japonés (1929-1967)

    Cita Iniciado por Alcaudón Ver mensaje
    Ya he puesto la carátula (todavía no definida) en el primer listado. Ah, y el título es "La hierba errante" no "La hierba herrante", vamos como si tuviese que ser herrada...

    Por cierto, en el libro que uso como referencia (Cátedra, Madrid, 2022), de Antonio Santos se usa el título "Hierbas flotantes", seguramente procedente del inglés "Floating Weeds".
    Cosas del corrector...

    Alcaudón y hannaben han agradecido esto.

  7. #7
    maestro Avatar de DrxStrangelove
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    Predeterminado Re: Un nuevo hilo dedicado al cine clásico japonés (1929-1967)

    Kuroi Kawa (Black River) - 1956 - Masaki Kobayashi

    Enlace a la crítica original realizada el 18/11/2020 en el hilo “Las últimas pelis que has visto en casa”

    DVD Criterion Collection Zona 1



    Tratando de seguir denunciando las repercusiones de la guerra y mostrar los cambios políticos, sociales y culturales que supuso la forzada apertura del país bajo la supervisión del gobierno norteamericano, kobayashi, después de la experiencia de “The Thick-Walled Room”, abordaría sus dos siguientes films con cautela para evitar de nuevo la censura y verse obligado a cortarlos o a postergarlos. Y así como en “I Will Buy You” señalaba los peligros del capitalismo, que probablemente veía que se le echaría encima al pueblo japonés por influencia directa del sistema yanqui (aunque este no era ni mucho menos un sistema desconocido para el país), en este caso, en “Black River”, pondría el foco en las clases sociales más desfavorecidas y en cómo tenían que lidiar con la oligarquía de un país completamente deprimido, donde todavía existía una estructura económica basada en el sistema de clases donde el poderoso seguía teniendo todos los privilegios.

    Y es precisamente en una pobre y mugrienta pensión al lado de una base militar americana, más parecida a un campo de refugiados que a un vecindario, donde el director desarrolla la historia como analogía para criticar las vicisitudes sociales por las que está pasando el país para poner de manifiesto la miseria y el abuso económico que está sufriendo el proletariado. Eso sí, todo ello camuflado bajo el drama de un triangulo amoroso que en forma de romance (duro, nocivo, violento; para nada una historia de amor complaciente o edulcorada) acapara mayoritariamente la atención del espectador para desviar un poco la mirada y suavizar la denuncia.


    Empezaremos la historia acompañando a Nishida (Fumio Watanabe), un joven discreto muy bien educado, que malvive pagándose los estudios de ingeniería transportando mercancía industrial empujando un pequeño carro de madera, que está buscando un lugar asequible para vivir que le permita seguir estudiando.

    El lugar al que acude es una pensión de mala muerte con agujeros en las paredes, goteras y pasillos desvencijados, que dirige la misma propietaria encargada de arrendar a los diferentes inquilinos, que trata a patadas hasta que consigue que le paguen las cuotas. Solo se reserva cierta simpatía para aquellos que puntualmente, sin importar de dónde saquen el dinero, paguen religiosamente el alquiler. Una miserable mujer obsesionada con el dinero, que aparte de extorsionar como puede a los desgraciados inquilinos, intenta echar a uno de ellos que no duda en tachar de comunista porque trata de poner al vecindario en su contra para exigirle obligaciones como arrendataria.



    Una vez instalado en su habitación, el joven Nishida conocerá al resto de inquilinos y sus historias, y enseguida empezará a formar parte de la comunidad y a verse inmiscuido en los mil y un problemas que continuamente tiene que asumir el vecindario, cuya miserable propietaria, que vive lejos y ajena a los mismos, no tiene el más mínimo interés en arreglar; como la mala instalación eléctrica que provoca gastos añadidos a los vecinos, el cuidado de los espacios como la falta de higiene en lavabos comunitarios, o problemas de infraestructura que tienen que ir solventando los propios convivientes.

    Entre toda esta retahíla de inconveniencias; duras jornadas de trabajo, falta de tiempo para estudiar o tediosa convivencia con vecinos de toda condición; el joven Nishida reparará en Shizuko (Ineko Arima), una hermosa chica del vecindario que trabaja como camarera, que día tras día, muy bien vestida y acompañada de su sombrilla, se cruza con ella de camino al trabajo.

    Pronto establecerán conversación y empezarán a conocerse. Compartirán afición por la lectura y se evidenciará cierta atracción entre ambos que irá creciendo con el tiempo. Pero la chica, que aparte de ser la envidia del resto de mujeres de la comunidad que la tachan de engreída porque no se digna a hablar con ellas, también será el objetivo sexual de Joe (Tatsuya Nakadai), el líder de un grupo de extorsionadores que se ganan la vida delinquiendo y que trabaja como mano derecha de la despreciable propietaria para mantener a ralla a los inquilinos.








    A partir de aquí se empiezan a desarrollar dos historias paralelas. Por una parte irá evolucionando la historia de amor, que se verá interrumpida por el mafioso Joe que se interpondrá entre ellos encaprichado completamente por la chica; y por otro lado, comprobaremos cómo un empresario con muchísimo dinero, tratará de comprarle el terreno a la propietaria para especular con el mismo, y empezaremos a ver cómo esta se las apaña para extorsionar e ir echando como pueda a cada uno de los inquilinos, tratando de estafarlos burlando sus derechos legales incluso con la ayuda del propio ayuntamiento sobornado por el acaudalado empresario.


    Antes de que Nishida y Shizuko pudieran iniciar su historia de amor; de hecho, todavía no tenían claro si el uno se sentía realmente atraído por el otro; Joe trazará un plan para engañar a Shizuko y empezar una relación con ella. Y el plan no es otro que utilizar a sus secuaces para que la rapten, amordacen y venden los ojos con la intención de violarla, para aparecer él de repente como ángel caído del cielo y salvarla, aprovechando así la oportunidad en ese mismo momento para forzarla a tener relaciones con él como muestra de agradecimiento.

    Contextualizando la moral imperante de la época, Shizuko, que pensaba denunciar a Joe a la policía por violarla (aun así, ella desconoce la vinculación de Joe con los secuestradores que también le robaron el bolso y la sombrilla ()), decide obligarle a casarse con ella para sentirse menos mancillada y deshonrada, pero este declina la proposición incapaz de comprometerse con nadie vacilando que se considera un alma libre. Aunque a partir de entonces, la joven será perseguida, controlada y obligada a estar constantemente al lado del violador traumatizada y aterrorizada como si fuera su novia, ante la atenta mirada de Shizuma que la observa desde lejos con rencor, porque aparte de que no entiende la perniciosa relación, se siente traicionado por la joven que no consigue encontrar la oportunidad de estar a solas con él para decirle que le ama y contarle la pesadilla que está viviendo.



    Paralelamente veremos como la comunidad trata de sobrevivir día tras día con los pocos medios de los que disponen, ayudándose a regañadientes los unos a los otros compartiendo sus miserias.

    También veremos como Joe y su banda tratan de condicionar la convivencia de los vecinos, entre los que se encuentra Nishima, para provocar como puedan su abandono del lugar. Ya sea sobornándoles con cantidades irrisorias de dinero, amenazándolos o robándoles para que deseen irse cuanto antes.

    Más tarde, conforme Nishima empiece a darse cuenta de todo lo que hay detrás; tanto de la relación de Shizuko con Joe, como de las intenciones que motivan la extorsión a la que se ven sometidos para abandonar la pensión; el joven decidirá tomar partido y enfrentarse a Joe para ayudar a Shizuko, a la vez que la comunidad de vecinos se pondrá de acuerdo para luchar contra la despreciable propietaria que hace todo lo posible junto con el rico empresario para echarles.

    Como se puede comprobar, Kobayashi une ambas lineas argumentales paralelas en tiempo y lugar para que coincidan a la vez en la estructura dramática del film. Y no es casualidad. Otorgándole la misma intensidad a ambas historias al mismo tiempo, consigue camuflar la crítica política que hay de fondo a la vez que remarcarla. Con esos pobres inquilinos que se ponen de acuerdo para luchar con un sistema corrupto que no tardará en pasarles por encima como una apisonadora, y con un desenlace que se avecina igual de violento, desolador y cruel como el que “probablemente” experimentará Shizuko. Y hasta aquí se puede leer...


    Kobayashi, como comenté anteriormente en otra crítica, mezcla diferentes formas cinematográficas dependiendo de la escena (es una de las cosas que más me gustan de él). En este caso sucede lo mismo; dependiendo del momento del metraje, los personajes a filmar, o la situación a representar, opta por poner la cámara, iluminar y componer la escena como mejor enfatice la emoción que en esencia quiere subrayar. Sin miedo al artificio o a la sobre exposición técnica.

    En cualquier caso, el film irá adquiriendo paulatinamente una atmósfera opresora gracias a una iluminación desasosegante y claustrofóbica, con una fotografía inestable y desequilibrada como sus protagonistas, conforme la historia se va pervirtiendo y volviendo cada ves más nociva para sus personajes. Que a través de un tratamiento Noir, influenciado también como Kurosawa por el cine americano de la época, acabará filmando no solo uno de los mejores films de su filmografía, sino uno de los finales más antológicos de su carrera.


  8. #8
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    Predeterminado Re: Un nuevo hilo dedicado al cine clásico japonés (1929-1967)

    Excelente comentario, amigo DrxStrangelove. Lástima que de Kobayashi solo tenga LA CONDICIÓN HUMANA (en DVD) y SAMURÁI (en BD). La primera cortesía de Versus y la segunda de A Contracorriente. O sea, canela en rama. El sábado (en teoría) recibiré los dos paquetes de Ozu en DVD que me faltan para tener - creo - todo lo que de él se ha editado, teniendo en cuenta que además AC va a sacar en breve "La hierba errante".


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