Primero decir que vivo en una gran ciudad, como es Barcelona.

De un tiempo a esta parte, desde hace ya varios años, vengo observando que la mayoría de obras públicas que se vienen realizando, y con las cuales me topo, me parecen un auténtico atentado visual. Será que soy demasiado perfeccionista y tiquismiquis (que lo soy), pero es algo que puede conmigo y que no soporto. Me refiero al nivel de chapuza y mal acabado al que se ha llegado actualmente.

Por ejemplo, soy usuario habitual de los transportes públicos. Es donde más me fijo, y os puedo poner varios ejemplos:

- La estación de metro de Marina (Línea 1): Esta parada de metro está en un punto clave del ocio nocturno de Barcelona, que es la zona de la calle Almogávares. En la última década ha sido reformada como un par de veces. Pues bien, la zona de andenes es de lo más asqueroso que uno se pueda encontrar. Uno pensará: esto es la juventud del fin de semana, que la guarrean. Pues no, cuando la estaban rehabilitando y colocando el nuevo pavimento, este ya presentaba ese aspecto manchas y suciedad, como si lo hubieran rociado con litronas y restregado con basura. Asqueroso.

- La estación de metro de Sagrera (Línea 1): El andén, remodelado recientemente, es otro caso flagrante de chapuza. El pavimento está mal colocado y descuadrado, con manchas de resto de obra, y es harto difícil encontrar una sola pieza (no exagero) que no presente desconches y esté integra. Otro atentado visual y oda al mal gusto.

- La estación de cercanías de l'Hospitalet de Llobregat: Recién estrenada, y aún en obras, es tres cuartos de lo mismo. Los que colocaron el piso deben ser de la misma escuela estilística. Se pueden encontrar defectos e imperfecciones garrafales allá donde uno ponga la vista, y eso que el tren que suelo coger no hace parada allí y pasa de largo. La base de cemento fraguado sobre la cual van colocadas las vías tampoco se quedan atrás, podría colocarse junto a la gran pirámide en cualquier referencia de hitos arquitectónicos.

- La estación de Metro de Torras i Bages (Línea 1): Actualmente la están reformando, y poniendo el pavimento nuevo sobre el viejo (aún están por la mitad). Comparado con como estaba antes, el aspecto que va a acabar teniendo es una nueva muestra más del chapucerío que invade a la ciudad.

Y en cuanto a obras públicas en plena calle (creo que en eso mi barrio se lleva la palma de toda la ciudad), lo típico, antes de que esté acabado, es que el asfalto presente manchas de aceite, de pintura; que el pavimento también este sucio y mal colocado; piezas rotas; etc. Hay gente que también contribuye con su granito de arena, y si se encuentran una zanja abierta la utilizan a modo de vertedero, arrojando papeles de propaganda, latas de refresco vacías, etc. (excelente material para los arqueólogos del futuro).