Después de verla ayer en la comodidad de mi sofá, me lamenté de no haberla ido a ver en su día al cine, porque de veras me quedaré siempre con la duda de en qué momentos, en qué chistes, en qué situaciones exactamente se reían todos aquellos que “no podían parar de reír”.
La realización es mediocre y baratera. Esto creo que poca discusión puede tener. En todo momento da la sensación de serie televisiva o telefilm barato, agravada por esa banda sonora cutre, insípida y desfasada. La historia, bueno, decir que es poco original es hacerle un gran piropo. Creo que no hay ninguna sitcom que no haya dedicado un episodio al clásico “hazte pasar por mi novio” para engañar a padres/suegros/amigos. Y ya que en una idea original no han dedicado mucho tiempo, al menos podrían haber hilado un poquito mejor su historia, para que no estuviera llena de agujeros, incoherencias, y comportamientos inexplicables de los protagonistas.
Visto lo visto, el éxito de la película debía residir en algún sitio. Se supone que en el humor. Y aquí vuelvo a lo que me pregunté al principio. Yo no le vi la gracia en ningún momento. ¿Chistes de vascos levantando piedras y sevillanos bailando flamenco? ¿En serio? ¿En 2014 aún estamos así? Pues si la piedra angular de tu comedia de hora y media es un tío imitando el acento vasco, y chistes recurrentes sobre lo vagos que son los andaluces y que todos los vascos son etarras, es que algo falla.
Que esa es otra. Una de las alabanzas a la película es la “normalidad” con la que se habla (se ríen) del terrorismo, del conflicto de los presos etarras, manifestaciones violentas, cócteles molotov, y tal. Muy guay, muy normalizado todo, me gustaría ir al cine con un afectado por los atentados de ETA, que seguro que tampoco puede “parar de reír, desde el minuto 1 hasta el final”. Propongo una idea para la secuela: “Nueve apellidos israelíes”, que sea un palestino que se enamora de una israelí (y si no sabe poner acento israelí como todo el resto del reparto da igual, con que sea mona ya vale), y hacen chistes de que si los palestinos usan a niños de escudos humanos y los israelíes son unos genocidas.
Pensé en su momento que el gran éxito se debía al marketing de Mediaset (la nueva tendencia en cine español parece ser esta, tener un gran grupo televisivo financiando la película e hipnotizando a su audiencia para que pasen por caja), pero me ha sorprendido mucho pasar por aquí y ver las opiniones muy positivas de gente cuyo criterio cinéfilo valoro mucho. Me temo que en esta discrepamos.