Bueno.

Ya he terminado “oficialmente” el periodo de pruebas y antes de empezar con el audio os comento algunas cosas sobre el vídeo que han ido variando durante el fin de semana.

Dejando en el Onkyo la opción de que todo lo que le llegue lo pase a 1080p, el viernes empezó a darme algo de guerra produciéndose unos tirones y una discontinuidad “tipo judder” cuando lo alimentaba desde el HTPC al reproducir imágenes con movimientos de cámara. NO me quedó otro remedio que ponerlo en “Through”, pero curiosamente aunque mi ATI X1950Pro decía que le enviaba 1080p/50 al Onkyo, el proyector recibía 1080p/60. La solució ha pasado por meterle el Powerstrip que de alguna manera fuerza la tasa de refresco y al proye le llegan 1080pp/50.

Para ver las semis del europeo de Basket contra Grecia, conecté el DVD grabador Panasonic DMR EX77 con posibilidad de escalado hasta 1080p. Pues bien, si dejo el Onkyo en “Through” no me permite mandar desde el grabador Panasonic 1080p y me tengo que conformar con 1080i. En cambio si pongo en el Onkyo que lo saque todo a 1080p, ya me permite seleccionar en el menú del grabador Panasonic la salida 1080p. Un jaleo.

El sábado a la noche vi la primera peli completa y ayer la segunda, y la verdad es que ha marchado todo estupendamente. Fluidez absoluta en el apartado de vídeo y sonido a la altura de lo esperado en el apartado audio.

Para que os hagáis una idea de con que cacharros lo estoy comparando, me acabo de quitar de un previo Sherwood Newcastle de 1500 euros, con dos monofónicas gordas Vincent de 300 w por canal para cada uno de los frontales más una etapa Cayin de 5 canales por 125W para los efectos, central y traseros. En total eran unos 140Kg de electrónica dedicada capaz de mover lo que se le pusiera por delante. Pues bien, no se si es que cada día me estoy volviendo más rojo o es que el 905 tiene chicha para dar y tomar, pero dejando que el Onkyo se ocupara solito de todos los canales no encuentro diferencias audibles con la combinación anterior. El tiroteo de la casa en The Shooter con explosión de helicóptero incluida, aparece a tamaño real con el volumen a -3dB que es el mismo punto de volumen que usaba en el Sherwood cuando quería darle caña al equipo en las demos que le hago a los invitados. Las hostias que reparte el indio al principio de El Pacto de los lobos en DTS, suenan igual de realistas y si me apuráis me gusta más el procesado que se consigue con el THX, porque de alguna forma iguala y reparte el sonido por la sala de forma más uniforme. En Moulin Rouge, la música suena igual, pero ahí le quité el THX porque no me convencía el procesado extra. En Star Wars episodio III el combate del inicio es antológico por supuesto en THX y la carrera del inicio de Cars con el accidente y los coches desviándose a izquierda y derecha y la rueda pasando por encima de mi cabeza me dejó extasiado. Resumiendo, en cine en casa es la leche y de momento no creo que vaya a encender las monofónicas y eso que me ahorro en gasto de electricidad y en calor en la sala, porque son como dos estufas en cuanto llevan media hora en marcha.

Para las pruebas en estéreo utilicé mis discos de Jazz favoritos donde abundan las orquestas de swing con muchos instrumentos de viento, los cuartetos con piano, contrabajo, trompeta/saxo y percusión y discos de vocalistas femeninas.

Empecé dejando la opción de Pure Direct con lo que se apaga el Display y desaparece cualquier intervención de la electrónica de procesado, creándome una escena sonora realista aunque con una ligera tendencia a acentuar los agudos que los hacía un poco más metálicos, aunque a medida que fui cambiando de discos lo notaba un poco más redondo. Por supuesto ni rastro de falta de poderío incluso con requerimientos bastante importantes donde no se amilana y se le ve bastante suelto. Ahora bien, el cambio viene cuando le pongo la opción estereo y ya entra en juego la corrección acústica que hace el Audissey en función de las mediciones que hace de la habitación. Esto es la hostia muchachos. De repente todos los instrumentos crecen, se resitúan tanto en el plano longitudinal como en profundidad e incluso en altura. De repente mi casa parece un garito de jazz y me levanto una y mil veces a asegurarme de que no funciona el canal central y de que no he añadido ningún DSP tipo “jazz club” o chorradas de esas. Quizás se me hace raro una especie de leve eco que a pesar de que recrea perfectamente el contenido del disco, se me hace un pelin artificial, aunque creo que principalmente será a falta de costumbre.

Así que ahora tengo un dilema grande. ¿Sigo escuchando el Pure Direct como siempre con los instrumentos constreñidos a pesar de la escena más o menos realista que me ofrece o cometo la herejía de dejar que la electrónica se ocupe de los problemas de mi sala y empiezo a disfrutar de una escena a tamaño real donde casi puedo tocar a los artistas?

Seguiré haciendo pruebas, aunque desde aquí mando recado a mis amigos del foro, para que vengan a echarme una mano con la decisión, ya sabéis que por lo menos, el jamón rico, el queso de Idiazabal y el vino de la tierra están asegurados.

Un saludo, Javier G.