Como fan de Christopher Nolan no podía estar más contento con una nueva película. En esta ocasión no es la película en la que esperas que te cuente algo sorprendente y que igualmente te absorba todo el control absoluto de sonido, imagen, guión, actuación y ese control de la escena que te deja ante una obra de arte de 70 mm.
En efecto. La segunda parte se cumple como siempre desde hace muchos años. Pero la historia no es sino una parte de la historia negra la humanidad. Un hito en la industria de la muerte y destrucción pero también algo que creó un horizonte futurista en una época donde todavía la gente se mataba cara a cara y se hablaba de palabras como honor, traición y conspiración.
La salvaje colección de actores te sorprende tanto como su potente sonido, su gran manejo de la camara con esas tomas que certifican siempre que la película se tiene que leer en un tono donde el tono antibelicista debe tenerse tan en cuenta como la pasaba a Stanley Kubrick. Esa delgada línea entre lo bélico y lo antibélico. La denuncia y la elevación del notorio invento que arrasó no solo una parte de la tierra sino que creó la forma de acabar con toda ella a poco que los que hasta entonces eran socios ya se veían como los siguientes enemigos, tal y como fue, la URSS era consciente de ello y por eso se quiso poner por delante de las potencias alemanas y japonesas destruyéndolas en alianza con un páis al que luego y hasta el día de hoy ha intentado sabotear y viceversa.
Y es esa unión falsa lo que lleva a Robert Oppenheimer a crear algo de lo que se siente tan escandalizado como orgulloso. Un claro ejemplo de el bien contra el mal y creo que lo poquísimo que sé, al final parece que Einstein tenía razón cuando decía aquello que la siguiente guerra a la III sería con cañas y palos.
Es una biografía de una persona y de una bomba pero pasado por el filtro de Nolan, Thomas y con una fotografía espectacular. Solo por eso merece meterse tres horas de película que quizá con 20 minutos menos la hubiera dejado más completa. Creo que se recrea mucho en repetir mucho cosas, pero eso es Nolan. Reiterar y reiterar para que a nadie se le escape nada y todo y todos salgan explicaditos.
Larga vida a esta clase de cine.
Firma: Barbie.




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