Enhorabuena Diodati.
Buen relato: sencillo y directo cuál poema de becquer.
Cuestión es la de agenciarse un ejemplar.
Saludos
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Enhorabuena Diodati.
Buen relato: sencillo y directo cuál poema de becquer.
Cuestión es la de agenciarse un ejemplar.
Saludos
Thanks. En cuanto me entere de la dinámica, pongo los datos. Palabrita. :hola
Aquí otro admirador tuyo, Diodati :hail, que mataría por tener esa publicación dedicada. Mantennos informados de todos los detalles.
Ah, y enhorabuena por Metamorfosis. Me ha encantado :agradable
Pues tomando nota voy. Que no falte a nadie la ración de lobo... :)
Para publicar y ver relatos cortos:
http://www.manerasdevivir.com/foro/viewforum.php?f=34
Aprovechando el hilo: Estoy buscando un relato de Rafael Novoa, donde cuando el ex-marido pronuncia una palabra la mujer desaparece. Alguien sabe el título?
Diodati,
Me aficioné a los relatos de tema fantástico y tenebroso viviendo con mis abuelos la infancia y primera adolescencia...
Eran libritos de Lovecraft, Poe y otros. Maravillosos.
No sé si conoces esta dirección. Tienen talleres y el tema fantástico (vampirismo y otros) es uno de los favoritos...
escritores-rechazados.blogspot
Saludos
PD: ¡lo del nombre del blog no es alusivo, que conste! :hola
Hombre, después de catorce libros publicados no puedo sentirme rechazado. Tranqui. :hola Y entiendo esa atracción que comentas, pues la hemos sentido muchos. Yo me iba con unos amigos a una mansión apartada y cerrada, rodeada de arboledas, para leer, bajo la sombra de los árboles, a esos autores mágicos. Precisamente en esa misma mansión, ahora sede de la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar, se presentó mi novela Fotograma perdido y las revistas que contenían algunos de mis mejores relatos largos de misterio y terror. Quién lo iba a decir...
Bueno, cuelgo otro de Retos y Pomas...
CONDENA
Ser un libro
es mi obsesión.
Sería la única manera
de ser eterno.
Vincent Barrow sabía bien cuál sería su destino. Se hallaba encerrado en aquella celda de cristal, aislado del resto, esperando que el ejecutor 1897 apareciera de un momento a otro para llevar a cabo el castigo. Había oído en varias ocasiones en qué consistía la ejecución. Los temas prohibidos eran clasificados de alto riesgo. Ya le sucedió a un vecino suyo, al que sorprendieron con una botella de güisqui camuflada dentro de una vieja impresora HP. Alguien reveló que lo habían encerrado en una mazmorra como la suya, acomodado en un camastro, y, no le dijeron cómo, fue obligado a beber litros de alcohol hasta reventar. Así era la aplicación de la justicia en sus días; los temas tabúes revestían una atención especial. También recordaba el caso del tipo que fue sorprendido haciendo el amor en la playa, de noche, bajo un cielo estrellado. Le aplicaron una de esas máquinas extractoras de semen, hasta que el blanquecino y vital fluido tornóse rojo sangre. Primero, quedó vegetal; después, cadáver. Era el sino de los rebeldes descerebrados que no deseaban cooperar con la coordinadora Justicia-Orden. La falta de Vincent, él lo sabía bien, fue guardar libros en su vivienda. Leer estaba prohibido y él llevaba años haciéndolo a escondidas; por eso esperaba a su verdugo particular.
Fue un chasquido de la vítrea puerta lo que lo despejó; abandonó sus pensamientos y sólo quedó pendiente del ejecutor: un funcionario de dos metros de alto, robusto, fuerte, vestido con un aséptico ropaje blanco de una pieza, zapatos de goma de igual color. Venía con una docena de libros. Cerró la puerta y colocó los tomos ante él. «Tienes que devorarlos, hoja por hoja, hasta que todo acabe», dijo con lacónica frialdad. Después, sin que Vincent opusiera resistencia, le inyectó un fluido verde en su brazo izquierdo, que consiguió que, en su mente, devorar el papel fuera la idea más fascinante y apetecible de todas las imaginadas. El condenado se arrodilló pues y comenzó con el primer texto. Hoja por hoja fue desapareciendo en el interior de esa máquina de triturar papel en la que se había convertido. Las tapas, imposibles de engullir, salieron despedidas hacia un lateral. Tras una primera novela de aventuras, le siguió un tratado social; después otra novela histórica, rusa, interminable; posteriormente una breve antología poética, bastante más liviana en páginas; a este tomo, asombrosamente, le siguieron varios más. Las últimas tapas cayeron cerca de la puerta de salida.
El ejecutor miró ahora cómo el condenado se retorcía en el suelo, víctima de singulares convulsiones, hasta que dejó de moverse. Desde sus dos metros de altura, sonrió y giró sobre sus suelas de goma con la intención de salir del lugar, pero notó que algo tiraba de su pierna derecha y no lo dejaba avanzar. Sintió un poderoso mordisco en la desnudez de su tobillo y la calidez de la sangre resbalar por su piel, hasta manchar de manera ostentosa la blancura de su zapato. Quedó atrapado, como hechizado, inmóvil; después, cayó al suelo, sin dejar de sentir cómo la sangre le era succionada con sobrenatural avidez. Sus ojos, ahora de mirada turbia, tuvieron la oportunidad de ver cómo Vincent, desde el suelo, más vivo que nunca, enganchado a su vena, no cejaba en el empeño de drenar la sangre de su organismo.
Una postrera y alucinada mirada hacia la puerta próxima otorgó algo de claridad a su situación, antes de que la inconsciencia, en esa nebulosa y cuasi plácida fase que antecede a la muerte, lo dominara por completo: las últimas tapas arrojadas al lugar mostraban un espectacular título en letras doradas, góticas, que refulgían ahora como si tuvieran luz propia. Un título de una sola palabra, que, para él, encerraba la clave: Drácula.
¿Habéis entendido ahora lo del ejecutor 1897?
Así como en el post de la fotografía participan los maestros, los aficionados y los otros (entre cuyos estos últimos me incluyo), he aquí un extracto de un hilo de hace un tiempo...
Escena Primera
La sombra de la farola apenas es perceptible. En la oscuridad del callejón algo parece brillar. Lucas acorta el paso y dirige una mirada furtiva.
Ya en el lugar, aparta con displicencia unas latas de sardinas. La zapatilla se le pringa con el líquido viscoso que derrama una que aún conserva restos.
Se agacha y con el dedo hurga entre la basura. Y allí está. Es la pegatina de Doraemon. Preciosa.
Con el canto de la lata la despega del suelo. Le quita un par de pelos. Uno largo y negro. Otro también negro pero rizado.
Se la coloca en el pecho y sale tras los otros, que no habían notado su ausencia.
Escena Segunda
La sombra de los cuatro se estira a cada paso hasta hacerse nuevamente imperceptible. La farola tiene la bombilla rota y la oscuridad no permite distinguir nada.
Al doblar la esquina, la luz de verde de la farmacia saca un leve rayo violeta de la pegatina de Lucas.
- "¿Qué llevas ahí?" - le pregunta Sarajuán.
- "Nada. La encontré en el suelo", responde Lucas.
- "Dámela" - le espeta autoritario.
- "Me pringué las Nike nuevas. Y apestan. Haberla cogido tú".
Frodomín interviene. Como siempre, de parte del jefe.
- "Vamos. Déjalo ya y dásela".
- "Ya estamos otra vez", - masculla Lucas, al tiempo que despega la pegatina y se la da a Sarajuán - "Algún día voy a hacer que te baneen...", termina de decir.
- "¿Ah, sí?, mira, mamón, soy moderador y tú te jodes, capullo", - sentencia Sarajuán.
Escena Tercera
Unos tipos trapichean bajo la mortecina luz de la farmacia.
Lucas, Frodomín, Sarajuán y el otro se apartan y bajan la mirada.
Al pasar junto a ellos, notan las ganas de bronca y aceleran el paso. Sarajuán se echa la mano al pecho, con la intención de tapar la pegatina.
- "¿Eh, tú, qué escondes?"
- "¿Es a mí?" - balbucea Sarajuán.
- "Sin tonterías. ¡Ven aquí!. Y baja la mano, mecagüenlá".
Lucas, Frodomín y el otro se quedan clavados, mientras Sarajuán avanza dos pasos hacia la luz.
- "¡A ver, quítatela!", brama el chulito mientras hace un gesto a sus colegas para que no intervengan.
Sarajuán le da la pegatina, que se queda adherida al dedo índice y, por un instante, ambas manos se juntan.
- "¡Quita ya, cojones!", zanja el chulito.
Éste, se retira bajo el neón y observa el envés de la pegatina. El silencio se corta. Los dos grupos permanecen quietos, sin mover un músculo.
- "¡Bah!", -exclama por fin el chulito- "es la de la edición extendida".
Defraudado por sus ansias de poseer el anhelado icono de la edición coleccionistas de "Las aventuras de Doraemon" da la espalda a Sarajuán y tira la pegatina al suelo.
Lucas, Frodomín, Sarajuán y el otro marchan con paso rápido mientras la luz de la farmacia sigue sin proyectar sombra alguna.
Saludos y perdonad el atrevimiento :cortina
Qué va, es muy simpático. Por cierto, te recomiendo que quites la cursiva al texto, pues creo que cuesta más leerlo así. :hola
Ahora mucho mejón... :hola
Cómo iba a olvidarlos!Cita:
Iniciado por Diodati
Recuerdo que fue uno de los primeros hilos que leí en off-topic, una vez resueltas mis dudas de amplis y altavoces gracias a los amigos de home-cinema.
Esas narraciones me hicieron revivir mis años de adolescente devorador de libros (no en el sentido de Vincent Barrow, afortunadamente), con especial mención a Lovecraft y sus relatos del otro mundo.
Me encantaría retomar el placer de la lectura y no se me ocurre mejor forma de hacerlo que con tu libro, si eres tan amable de reservarme uno con tu dedicatoria.
Un saludo
¿Amable?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Amable? ¿Y tú me lo preguntas?
Amable... eres tú.
:hola
¿Tan amable como una dedicatoria de un amigo en la distancia, escrita sobre su libro, dedicada a mi persona?
Y no quiero decir nada con ello :palmas
Pero lo has dicho y he tomado nota... :cafe
Bueno, Dío, ¿hay más datos actualmente?
Sólo estaba haciendo balance. Si había muchos interesados existía una opción; en caso contrario otra. Por correo particular recibiréis una noticia mía. Espero que alguno no se muera de susto cuando abra el e-mail. Ja, ja, ja...
Diodati eres el mejor! :palmas
Como dice mi querido Spidermanu dime a quien hay que matar...que... :atraco
No, no hay que matar a nadie... (de momento). :disimulo