Pues aunque no sea precisamente, la categoría que más me llame la atención, la de Canción Original, veo bastante acertado volver a las cinco. No me valía la justificación de la calidad de las canciones, porque de forma análoga se podría haber hecho con la calidad de las películas o de los directores o los guiones (porque hay años que mejor no mirar detenidamente cada una de ellas).
Hasta qué punto ha debido ser el ridículo y el patetismo al que se llegó este año (recordemos, sólo dos canciones, una de Río y otra de The Muppets) que han rectificado una regla que llevaba en vigor dos telediarios.

Y en cuanto al cambio de nombre, de dirección artística a diseño de producción, me recuerda que en los BAFTA británicos, ya hay una categoría con este nombre, que data de 1969.