En este caso, comparto casi todo lo expuesto por el querido doctor...excepto una cosa: La Red Social tuvo todo el respaldo de la crítica y una gran taquilla. Aquí, el "problema" vino en el momento en que entraron en acción los votantes (imaginaos una legión de abueletes a lo Up, con bastón incluido). Es broma, claro. Pero como bien dice efialtes, no es algo insignificante ese número de 62, de edad media de los votantes. Eso significa que hay muchos que superan los 70 tacos ya. De hecho, este año han muerto unos ochenta y tantos que superaban los ochenta años, y seguían votando: son muy perseverantes en sus costumbres (lo que me parece muy bien).

Esta gente ha crecido con el cine de los 50 y 60, y toda la revolución posterior (Spielberg, Scorsese, ...) y por supuesto, los grandes directores actuales y sus "nuevas" propuestas (los Coen en menor grado, pero sí Tarantino, Fincher, Nolan, Aronofsky...) les pilla a pie cambiado. ¿No van a votar, si se les ofrece, un pastelito bien envuelto y rematado, como El discurso del rey, the artist o incluso, la teóricamente adelantada (que no lo era tanto, realmente) Slumdog millionaire?

Harvey Weinstein sabe mucho de esto, y se ha camelado históricamente a este gran sector de votantes. Desde los tiempos de Miramax ha ido organizando fiestas, mandando regalos y cintas a estos mayores, y a esas edades, y con la paguilla que les queda, os aseguro que se agradece todos esos gestos. El bombón en forma de film, a modo de Lindt, entra sin dificultad.

Por eso, una extravagancia tipo El cisne negro u Origen saben a rayos y son más difíciles de tragar. La nominación la consiguen (porque hay gente más joven que vota también) pero el Oscar ya son palabras mayores. Es como el problema de los republicanos (el de llegar a las minorías, jóvenes y mujeres) pero al revés. Aquí hay que faenar en las aguas tradicionales. De ahí que vea aún a LIncoln con algunas más posibilidades sobre el resto (cuñita).