Aviso que a mí me encanta su papel en Erin Brockovich (ya que hemos ido por estos derroteros). Pero siempre he pensado que, pese a estar bastante bien, porque el personaje (un tanto estrafalario, pendejo-como dicen los mejicanos- y merdellón-como decimos aquí-) ya estaba bastante bien planteado en el guión. Ella, hay que reconocerlo, le aporta ese encanto (superior desde luego, al que tiene el personaje real en el que se basa) que hace que nos parezca más entrañable...pese a todo eso (qué largo me ha salido el preámbulo
) un cachito del oscar que recibió, fue mérito de Albert Finney. El 80 por ciento de las situaciones divertidas y algún que otro momento dramático, tiene lugar con él, bien en su presencia, bien dando la réplica. Creo que, de largo, ese choque de caracteres (que, en ciertos momentos convergen, porque se parecen más de lo que ellos piensan) es lo más acertado del film.