Interesante reflexión. Va en la linea de pensamiento común durante años de que en la sociedad norteamericna bebían los vientos por todo lo british (monarquía, historia, tradiciones...), que ellos no poseen. Puede que aún quede algo de eso, y más les vale a los del biopic si no quieren terminar sin pena ni gloria.
Me ha parecido muy interesante una crítica en particular, del Independent. Viene a decir que podría haber sido una mejor película y que el personaje de la Diana real, con todo su glamour e historia detrás, ha llevado a la confusión y ceguera al director.
En este sentido, me viene a la mente la película Mi semana con Marilyn, donde nos aparecía una estrella, con todo su glamour, pero también comportándose de manera normal, como cualquier persona. En La dama de hierro, también había esta aproximación.
Creo que no se puede uno aproximar a un personaje de estos (que ya de por si tienen una imagen definida, incluso ayudada a crear por ellos mismos) y querer explotar esa misma imagen o faceta, ya demasiado conocida. L
Lo bueno de los biopic es siempre el darle la vuelta al calcetín, y ver lo que no hemos tenido la oportunidad hasta ahora.
Finalizo diciendo que, creo, en los biopic un actor o actriz pueden hacer el trabajo más grande del mundo. Pero la clave para que resulte airoso el proyecto va a estar siempre en el director. Seguramente, nunca llegará a brillar (fijaos cuántos biopics conocemos por sus estrellas pero no por quién la dirigió), pero SÍ SE NOTA CUANDO LA CAGA. Podría ser en este caso, que la Watts estuviera muy bien, pero la historia tire demasiado del mito.