Viendo el careto que se le ha quedado a Damien Chazelle dudo que fuera un gag.
Además, es un putadón tanto para Damien Chazelle como para Emma Stone a los que siempre les van a recordar estos premios no por los Oscars que ganaron sino por esta monumental cagada.
Lo peor encima, es que ha ganado la menos buena de las nominadas, pero claro era una película que venía perfecta para criticar a la actual administración Trump, y lo único que han conseguido además de puetar a unos compañeros de profesión, es hacer que Trump se esté descojonando de la risa, lo que escriba en Twitter puede ser épico.




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