Si oyes a las discográficas quejándose de la piratería, la locura de formatos que sacan junto con la industria que tratan de evitarla y la profusión de formatos comprimidos, con o sin pérdidas de excelente calidad, es difícil saber qué se está muriendo:
a) El SACD porque no hay discos de rock.
b) El Rock, porque cada vez hay menos y peores grupos.
c) La música pop en general, que se ha convertido en subproducto de usar y tirar al que le sobran los formatos convencionales y le bastan las tarjetas de memoria.
Si el SACD goza de una excelente salud en jazz y clásica para mí no es un formato muerto ni muchísimo menos. El que un formato no lo tenga el 100% de la población no indica que esté muerto. Fijáos en el vinilo, tantas veces muerto y enterrado y ahí está.
Y por cierto, mis experiencias últimas cada vez me empujan a comprar más discos por Internet y menos en las tiendas físicas: caras, mal atendidas y sin personal cualificado.