Lo que me sigue pareciendo inconcebible es que de los tres Poderes, tanto el Legislativo como el Ejecutivo le bailen el agua a los intereses desmedidos de ciertos grupos de presión y caigan en el juego de la manipulación torticera. Sólo el poder judicial parece mantenerse más al margen, al menos por el momento, y parece entrar bastante menos en el deleznable juego.