De risa que Chris Pratt envíe un mensaje a la Tierra y se sorprenda al saber que tardarán muuuchos años en contestarle. La torpeza con la que su personaje se desenvuelve tras despertarse es impropia de alguien a quien se supone un mínino de preparación para el viaje.
No me gustan ni Pratt ni Jennifer Lawrece y el epílogo es malo, pésimo. No obstante, la peli tiene un pase y la Avalon es quizá la nave más chula que haya visto. ¡Tiene que haber costado una pasta!