Cuando compré "Psicosis", con la carátula correcta, me llevé un susto: la serigrafía del disco correspondía a la versión del 98, de Gus Van Sant. Supuse que se habían equivocado de disco. Pero curiosamente, la puse en el reproductor... ¡y era la versión de Hitchcock! Decidí quedármelo porque me pareció una curiosidad.