En esto discrepo . A mí sí me gusta El mago de Oz, pero la considero más una película fantástica en la línea de El ladrón de Bagdad que un musical. Un cuento inocente que has de ver con mentalidad infantil, y que apela a la inocencia, a la sencillez, a valores simples y eternos, esa inocencia que perdemos tan pronto y que tan devaluada está en la actualidad. Curiosamente, ésta y la de El ladrón de Bagdad que mencionaba antes son películas que valoro más ahora, que soy una adulta, que cuando era una niña, quizá porque representan, en cierto modo, todo eso que perdemos al hacernos mayores, y que recordamos tal vez mejor de lo que era. Algo que no existe en la realidad, pero sí en algún lugar del mapa de la nostalgia, individual o colectiva, particular o universal.