Pues a mí me pasó todo lo contrario con el Sexto Sentido.

De hecho es una película llena de detalles (que van explicaditos en su making of). Desde el uso del color rojo en determinados momentos a la existencia de vaho en la respiración del niño. Vamos, que sabiendo el final desaparece el factor sorpresa pero la sensación de disfrute y admiración por la meticulosidad del director y el guion la hacen magnífica.
De todos modos toda la obra de Shymalan es como para hacer un estudio con cada visionado por la cantidad de detalles que deja.

Me pasa también con películas como American Beauty o Camino a la perdición (entre otras) de Sam Mendes. Y ya si te empapas de los comentarios del director acabas flipando. :agradecido

Y bueno, sin hablar de genios como Kubrick. Cada plano es como para detenerlo en el tiempo y disfrutarlo con un visionado y otro. Siempre encuentras algo.

Saludos