La verdad es que Rocky reúne varios méritos. Ahora mismo, en 2012, hemos visto miles de historias de superación en el deporte y en la vida.
Pero en 1976, Rocky conectó con el público como pocas hasta entonces.
Tal vez, la pinta del protagonista, un tipo con poco o nada en la vida, con virtudes y defectos, y entre los primeros, la obstinación o el empeño.
Unas buenas interpretaciones en el reparto, una fanfarria que se te queda en la memoria, del bueno de Conti y unas escaleras en Philadelphia hicieron el resto.