Coincido con Ludovico y Campanilla, respecto a Gladiator.
Me provoca que emerjan unas sensaciones cuando la veo, que muy pocas veces se han vuelto a repetir. En mi familia somos admiradores absolutos de la película de Scott, y nos importan muy poco sus incongruencias históricas, porque en este caso anteponemos la emoción a la razón. A la mente se la puede engañar, pero cuando a uno se le pone la piel de gallina disfrutando de una película, no puede salir más que directamente del corazón.
—Nuestras palabras dichas aquí y ahora, tienen su eco en la eternidad—![]()