- Es ella la que lleva siempre la batuta. Él es sólo una marioneta en sus manos, al que mata cuando ya no lo necesita. Pero, insisto, su asesinato está en su mente desde el momento en que él la pilla con el mando de la videovigilancia y eso es en la mañana siguiente a llegar allí.
- Nunca va contra su voluntad, ni se encuentran fortuitamente. Ella lo llama desde una gasolinera. En la siguiente escena, ya se ven en el casino.