A Lucas, liberal, efectivamente, le obligas a elegir entre autoría y apología político-ideológica y nos reiríamos un buen rato. Tengo documentación al respecto para aburrir.
El mayor problema de este film, el más relevante entre toda la miríada, es el de siempre de un tiempo a esta parte, tal cual ocurre con un porcentual abrumador de lo que van perpetrando todas estas macrocorporaciones hipócritas desnortadas, y se reduce a que las intencionalidades narrativas, discursivas e incluso subtextuales son un dislate que, en este caso concreto, confrontan y pervierten aquellas de su autor original y de la propia obra y además lo hace de una forma muy poco interesante, indolente y con una autoría formal irreconocible por parte de un tipo bastante capaz, lo que resulta aún más frustrante, al margen de todo aquello de la representatividad por cuota, diversidad, empoderamiento, inclusión forzada y demás, que en estos extremos y a estas alturas ya son una constante de la que chotearse. Adicionemos que este film se circunscribe teóricamente a una adaptación live-action del clásico animado original, lo cual añade reproches adicionales por las expectativas y la nostalgia.
El problema principal, o mejor dicho mi problema principal, es que todo lo que el film propone y cómo me lo propone es tremendamente aburrido, impersonal e inocuo. Un desastre importante a todos los niveles, ideológico incluido. Lo podéis adornar como os venga en gana y podéis etiquetarnos a los discrepantes con los -ismos, -istas e incluso -azi, por qué no, que os salga del escroto. Yo me limpio el mío con vuestra superioridad moral impostada.