Yo no estoy de acuerdo con Davimo, queda claro
Spoiler:
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Bueno amigos, pues Paul Thomas Anderson se casca una biblia al cine en lo que es una película notable con 60 minutos de más y un ojo demasiado tuerto de camino al Óscar.
El único objetivo es definir al personaje de Day Lewis, es ése. Y es cosa muy loable, pero cuando tiras tanto de Scorsese, Coppola y Kubrick y, sobre todo, cuando pones las cartas sobre la mesa tan pronto..., no puedes mantener 160 minutos al espectador de ese palo...y en los momentos convulsos más interesantes quitar la mirada porque, claro, puede parecer demasiado agrio y a lo mejor no te llevas la estatuilla.
Es una película antimainstream, es curioso...pero, a su vez, es una de las obras que he visto más camino de tito Óscar en mi vida. Esos tonos épicos, esa voz forzada de Day Lewis, esa penosa interpretación del predicador (ni sé el nombre ni me interesa, qué tipo más poco capaz).
Lo mejor, la fotografía y adláteres (decorados, vestuario, etc...). Hacía tiempo que una película no me transportaba al cine desde el sentido más amplio del término, sin colorinches ni píxeles de más. Lo mejor en décadas, sin duda.
Day Lewis bien, muy bien...aunque a veces Thomas Anderson le deje pasarse de la raya y se le vaya.
Thomas Anderson, pues a veces no sabe qué hacer con el 2.35:1 y se le cuelan cabecitas de más por abajo...
La música, tremenda, pero esas notas sostenidas recuerdan demasiado a su maestro y esa música clásica final a lo PREMIADME canta demasiado.
Me ha gustado, pero le sobra una hora como un castillo y es la película menos personal de Thomas Anderson. Empieza espléndidamente, por cierto. Mucho mejor que transcurre.
Por cierto, es la película menos perfeccionista de Thomas Anderson, la mano humana canta en todo momento.
PD: Eso de dos personas el hermano, pffffffffffffff, ajjajaja. Se os va la perola. Precisamente, lo que está eso es FATAL contado. Y las elipsis también son de salón (ese epílogo).
DIos y un gitano.
Dussander, ATreyub, no vayáis a ver está película. EStáis avisados.
Absolutamente en desacuerdo. Las anteriores películas de Anderson eran obras de alumno aventajado, ésta es su consagración como maestro. Hay más cine en los primeros 20 minutos mudos que en las tres horas de ese maremagnum de historias cruzadas llamado "Magnolia".