Aquí os pego mi crítica. No soy muy consciente de que haya algún spoiler para alguien que no quiera entererse, yo creo que no.
Han pasado muchos años desde que se comenzó a hablar de una nueva entrega de la franquicia (dejando a un lado los cruces con la saga de Alien); incluso en una época Rodríguez tenía pensado un aporte que transcurría en el siglo XVII, con un barco pirata de por medio. Al final, nos ha llegado la presente, que cuenta con la dirección del húngaro Nimród Antal al frente, especializado en cine de acción.
Lo primero que cabe preguntarse es qué lugar ocupa Predators en la continuidad de la saga. Rodríguez declara que es una continuación del díptico original, obviando las derivaciones alienígenas, si bien en el film sólo hay alusión a la primera de ellas; aunque, mirado a fondo, en realidad se trata más bien de un remake con ligeros cambios, dado que la premisa sigue moderadamente fiel el planteamiento de aquélla. Así pues, tenemos a un grupo de "soldados de élite" que mientras vaga por una jungla (que se trate de otro planeta apenas afecta a la historia, salvo por la mayor sensación de aislamiento que ello ofrece), y son cazados de uno en uno por, no un depredador, sino varios. Incluso el clímax final ofrece al "héroe" enfrentado cara a cara con el enemigo, e hasta aparecerá cubierto de barro en un guiño demasiado obvio (en una sucesión constante de guiños).
Sin ser una maravilla, el guión de los hermanos Thomas para el film de John McTiernan ofrecía una interesante contraposición entre dos imágenes emblemáticas, representando una reflexión sobre el concepto de barbarie a la que se retrotraía el ser humano cuando se trata de sobrevivir, y el modo en que el personaje de Dutch iba adquiriendo las mismas cualidades que su oponente al tratar de defenderse ofrecía una suculenta lectura. En esta ocasión, el tándem conformado por Alex Litvak y Michael Finch (es el primer guión de ambos que ven filmado; el primero es autor de la nueva versión de Los tres mosqueteros que está rodando el nefasto Paul W. S. Anderson) no son capaces de profundizar en nada, de hecho, podría decirse que el guión de Predators es uno de los más desastrosos con los cuales uno se pueda encontrar en mucho tiempo. En realidad, no hay nada que desarrollar: únicamente se ubica a unos personajes (permítaseme el eufemismo, pues ni a eso llegan) en un entorno concreto, y el resto del film (nuevo eufemismo) consiste en una persecución constante, sin nada más. Por supuesto, se intenta contentar a los seguidores de la saga ofreciendo nuevos elementos a la "mitología depredadora", pero más allá de esto no hay trama alguna, ni desarrollo de personajes: nada aporta a la cinta la hipotética personalidad de los individuos convocados, y son mera carne de cañón para ir sucumbiendo paso a paso. En el fondo, la presente película es, como tantas otras en los últimos tiempos, más un juego de ordenador en el cual el espectador/jugador ha de pasar diversas fases junto al protagonista antes que una película con algo medianamente parecido a una trama.
La dirección de Antal tampoco es demasiado destacada, y se limita a rodar con total falta de personalidad las diferentes escenas, eso sí, mostrando una caligrafía cinematográfica muy poco depurada, a tal punto que los desenfoques y los errores de punto de vista son constantes en la narración.
La película acaba de un modo que promete a las claras una continuación, continuación que tiene todos los visos de ir exactamente por los mismos derroteros que la presente. Un absoluto desastre, en definitiva, que hace por contraste magnífica a la muy floja segunda entrega de la saga.
Fuente: pasadizo.com