Esto de los jabones me trae a la cabeza una conversación surrealista de ayer con una dependienta de la tienda "Enjabonarte" (venden jabones, sales de baño, y tal...). La transcribo por que no tiene desperdicio.
(Inicio: Hay un expositor, como de las tiendas de chuches, con cajetines con sales de baño, cacitos para echártelas, y sobres de papel como recipientes. Yo, obviamente, empiezo a servirme. Se acerca una chica...)
-- Perdona... ¿puedo ayudarte a echar las sales?
-- No, gracias, ya me las echo yo.
-- Es que te las TENGO que echar yo...
-- ¿Por? (Mientras, miraba descaradamente un cartelón que rezaba: Sales de baño. 2 € / 100 gr. Sírvase usted mismo)
-- Pues... Por que si. Es que... ¿Te han explicado como va esto?
-- ¿Lo de las sales de baño? Tengo una ligera idea, gracias. Mi último máster en Harvard me dió algunas pistas.
-- Ja...Ja...Ja... Je. No. Verás... Es que... Bueno... Esto... Cada baño, son cuatro cacitos, ¿sabes? Así que me tienes que decir cuantos baños quieres darte.
-- ¿Hoy? ¿O en el resto de mi vida?
-- Ja...Ja...Ja... Je.
-- Venga. Cuatro. Limpio que es uno.
-- ¿CUATRO? (cara de alucinada).
-- Si. Ya te lo he dicho. Limpio que soy. Fíjate tu.
-- Es que... es mucho... no sé... es que no creo que... no nos dejan poner más de dos... y yo...
-- ¡Venga! ¡Pues dos! (Ya empezaba a mosquearme)
(Me llena la bolsita... hasta la mitad más o menos. Ocho cacitos. En este instante, se percata de que antes, ya me había yo llenado otra bolsita de otra sal. Hasta la mitad, más o menos)
-- Estooooo... Esa bolsitaaaaa... ¿La has llenado tu?
-- Si. ¿He hecho algo malo?
-- Es queeeeee... ¿Cuántos cacitos echaste?
-- Y yo que sé, criatura... ¿Qué más dá? ¿No cobráis por peso? (Recordad el cartel)
-- No... siiii... yaaaaa... es queeeee... ¿Cuántos cazos ha echado?
-- (Ya echando humo por las orejas). Pero vamos a ver... A ti... ¿qué más te da los cazos que haya echado?
-- Es queeeeee... Se lo tengo que echar yo. (Y me vierte las sales en su recipiente).
-- Ejem. Vamos a ver. Que conste que me importa tres que eches las sales. Como si las quieres contar grano a grano. Pero... ¿me lo explicas para que pueda entenderlo? Como si fuera tontito. Como si fuera tu, vamos... (esto no lo dije, pero lo pensé).
-- Es queeeeee... es por facilitarle las cosas... Es que verá... como cada baño son cuatro cacitossssss...
-- ¡¡QUE SI!! ¡QUE YA LO SÉ! ¿Y QUÉ...!!!!!?
-- Pues que así puedo ponerle las sales que necesite...
-- ¿Y por que no me las puedo echar yo? Que sé contar hasta cuatro, ¿eh? ¿Ya te comenté lo de Harvard?
-- Es que... (nerviosa a más no poder). Es que... Es queeeee... como los cacitos son de diferente medida en cada sal... si se lleva varias... así sabe en casa la dosis de cada una... y...
-- ¿Y? ¿Acaso me váis a dar el cacito para que me lo lleve? Por que si no lo tengo en casa... ¿Cómo sé cuanto son "cuatro cacitos"? ¿No será mejor que me lleve la que me de la gana y la dosifique como quiera?
En este momento, me suelta la bolsita en la mano y sale (literalmente) por patas. Obviamente, no sabía ya que contestar.
Voy a caja, le doy las bolsitas, y me dice el dueño: "¿Estas? Si quiere de rosas con pétalos, acaban de llegar. Sírvase usted mismo."
:atraco
Manu1oo1



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