Bueno, a ver.
Resulta que es un proceso evolutivo, cuando éramos simios teníamos pelo en el cuerpo, pero eso no bastaba para aguantar las bajísimas temperaturas así que los simios se metían en aguas termales calientes para combatirlas.
Según pasaban los años los simios iban perdiendo el pelo.
Pero los mas guarros no se metían, sólo se mojaban las palmas de las manos.
Venga, todos a darme caña.