Seguro que la señora ésa cuando llegó a su casa le dijo a su marido:

"Antonio, qué disgusto más grande tengo! Esta tarde al salir de casa de mi madre me ha perseguido un individuo con pinta de drogadisto, ...ha intentado agarrarme, pero yo he conseguido huir. ¡Aún así me ha robado las gafas de Chanel!, ...Antonio, tenías que haberle visto la cara!, ¡¡esos ojos!!, ¡¡¡no puedo apartar de mi mente su mirada viciosa!!!"