Pero soso, soso. Como si un muñeco de tarta de Primera Comunión cobrara vida.
Los de Disney nunca se han currado demasiado a sus galanes, pero lo de este chico es de traca.
Anda que no hay personajes e historias bonitas en que fijarse. Pero estos siguen empeñados en explotar lo mismo. Y, claro, mientras dé pasta...
Como no hagan una cosa en plan coña-parodia-cómica...