Es trágico, pero sigue siendo un acontecimiento taurino. Igual que si un boxeador muere en el ring.
Son los gajes del oficio.
Y con esto no estoy defendiendo ni los toros, ni el boxeo. No entro en el debate. Pero ya de buenas a primeras intentar restringir información de ciertos espectáculos me parece curioso, y acabarán por contradecirse (si es que el periódico sobrevive).
Por cierto, ¿la carne de toro muerto en la plaza se acaba comiendo? ¿Vale más cara? ¿Viene con el nombre del torero como si fuera una denominación de origen?