Porque me acojono. Bueno, y porque no hay pasta, pero ese no es problema. Sencillamente me acojona sacarme el carnet de conducir.

Por partes: se conducir. Tengo lo que, como me dijo edyfelson, "carné de pueblo": Se manejar un coche, y nada mal por cierto, gracias a las prácticas nocturnas en parkings vacíos y polígonos abandonados. Peeeero, pero el hecho de coger una máquina que pesa kilos, toneladas y ponerla a 120 por hora me acojona. Mucho.

El caso es que me quiero sacar el carnet de conducir, y viendo la cantidad de patanes que lo tienen no lo considero un reto mayor al abrir una lata con un abrelatas (¿Algún zurdo lo ha intentado? Es jodida la cosa). Peeeero, más peros tiene la cosa, me mata pensar que yo tengo un volante entre las manos, gente a bordo y una ciudad por recorrer. Quiero sacarme el carnet, si, pero cada vez que intento concienciarme tengo visiones: Una es yo en una autopista frenando en seco y provocando un accidente en cadena, otra es cambiar de marcha y que el coche se embale hacia un silo nuclear, y la más chunga es no pararme a tiempo en un paso de cebra y atropellar a un chiquillo con el balón entre las manos (esta es muy nítida: el chaval viste de rojo y el balón es de baloncesto y, antes de morir ante mi propia agonía, dice "¿Por qué te dieron el carnet, bastardo?"). Tengo ese miedo interiorizado y por más que lo intento no puedo quitármelo de encima.

A ver, conductores: ¿Desafiáis ese miedo con un lavado de conciencia constante o, sencillamente, la cosa no es tan complicada? El riesgo se tiene que correr, claro, pero me fastidia pensar que tengo el poder sobre la máquina y que, una vez tenga el permiso, esta me domine a mí.

¿Estoy como una puta regadera o es algo normal?

<div style="text-align:center">En las almas de las personas las uvas de la ira maduran y se vuelven pesadas, cogiendo peso, listas para la vendimia.</div></p>