A mi lo de "basado en hechos reales" me parece, la mayor parte de las veces, nada más que un reclamo publicitario; si incluso los documentales ofrecen, aunque sea de forma accidental, una visión manipulada y tamizada de los hechos, con una película ya es el despiporre, porque todo está adaptado y dramatizado para que tenga forma.

Creo que es más adecuado hablar entonces de "recreación dramática"; una de estas recreaciones no tiene porqué ser fiel ni dar una idea de los hechos, en realidad, a veces no hay nada mejor para arrojar oscuridad sobre un asunto que hacer una peli "basada en hechos reales" sobre él, porque los seres humanos estamos casi siempre predisupuestos a tragarnos las versiones más dramáticas y cogidas por los pelos que las reales; como decían en "El hombre que mató a Liberty Valance", "esto es el oeste, y entre imprimir la realidad y la leyenda, prefiero imprimir la leyenda".

Por ejemplo, y por hablar de una que ya has comentado, nada tiene que ver lo que sabemos acerca del Cid histórico, que es relativamente poco, con lo que podemos leer en el Cantar del Mio Cid, y menos aún con lo que podemos ver en la película de Samuel Bronston, una visión romantizada y espectacular con muy poca base histórica. De hecho, yo suelo decir a menudo que películas como El Cid, Braveheart o Gladiator pertenecen al mismo género que El Señor de los Anillos: al de fantasía heróica.

Me parece un error común el pensar que las películas basadas en hechos reales son más "realistas" u ofrecen una visión más acertada de los temas que tocan; a veces para hablar en profundidad sobre algo, es mejor hacerlo de forma tangencial, incluso con temáticas que parecen totalmente opuestas. Por ejemplo, si hablamos del nazismo, a mi me resulta más contundente y reflexiva "Ser o no ser" que "El hundimiento".

Un saludo