En una película se puede y de hecho muchas copias se imprimen con las tres pistas correspondientes a los tres sistemas digitales y la pista óptica de respaldo en Dolby estéreo. Así que cada sala elegirá el sistema que tenga instalado. El DTS para salas, como sabrás, el sonido viene sin comprimir en un disco de datos, que se lee en un lector especial aparte de la película. La película tiene una banda numérica, que le dice al disco donde leer el sonido correspondiente al fotograma proyectado. Es un regreso a los orígenes del cine, que empezó con el audio sistema Vitaphone, con discos gramofónicos sincronizados. Pero sin los inconvenientes del mismo. Con DTS, si la película se partiera, los fotogramas desaparecidos en el pegue, se saltan y no se leen, manteniendo el sonido sincronizado siempre.
A mí en el ámbito doméstico del DVD el DTS no lo encuentro razonable. Primero, ocupa mucho espacio, segundo es preciso introducir algo de compresión, para ahorrar. Lo cual invalida en cierto modo la ventaja del DTS sobre los demás sistemas en cuanto a calidad de sonido.
Con el Blu-ray ya en teoría no existe ese problema, pues hay espacio de sobra.
Atención al DTS-X, la respuesta a mi modo de ver, de DTS a Dolby y su sistema Atmos. El DTS le gusta a una serie de directores exigentes con la tecnología, entre ellos Steven Spielberg.



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