El cine era cosa de modernos. En mi cole eran más de llevarnos a todos los cursos al salón de actos a cantar canciones religiosas. Por si no era suficiente bochorno, el autoritario sacerdote sacaba cada vez a un alumno a que lo hiciera micrófono en mano, delante de los chorrocientos alumnos. Hasta que la víctima era seleccionada, aquello sí que era pasar miedo, y no "El sexto sentido", "El resplandor", o similares. Eso sí, una vez que veías que habían sacado a otro que no eras tú, la sesión pasaba a ser "Aterriza como puedas" o "Porky's".

Una vez nos pusieron una película "Los santos inocentes", y recuerdo que en la escena en la que Paco Rabal se orinaba para lavarse las manos, los cazurros de la clase (entre los que se encontraba un servidor) nos pusimos a gritar y a reír como locos, para llamar la atención más que nada. Si alguien tiene una máquina del tiempo, le autorizo para que acuda a mi clase y le pegue un par de collejas a mi yo del pasado. Para amortizar el viaje, que le informe a mi yo del pasado que el 3 de abril de 1985 es buen día para fingir estar enfermo, y así no salir al escenario a cantar "Miles de ermitas chiquititas"...