Carlos Vermut es un monstruo y lo lleva demostrando años, desde su debut con Diamond Flash, dando un giro de tuerca al genero superhéroico, pasando por Magical Girl que es totalmente imprescindible, relatando como un cosplay se puede ir muy de madre.
Y saca su tercera película y el monstruo lo vuelve a hacer. Doppelgangers, gente que quiere ser otra y gente que ya no quiere ser ella, reflejos podridos en el espejo, fama y fans. Y el tío se marca un despliegue visual acojonante, con dos horas de deleite que saben a poco.
Tenemos mucha suerte de contar con este señor y una lástima en las pocas salas que se ha estrenado.
Muy loco me ha dejado.
P.D: Ojito al guiñito a Diamond Flash para los fans. Que Vermut se monta su propio universo coexionado.